Con el corazón roto, familiares y amigos lloran la pérdida de Mayra Arely Dubón, una mujer de 34 años que entregó su vida con un acto de profundo amor y valentía: rescatar a un niño que se ahogaba en el río Chamelecón, en La Entrada, Copán.
El hecho ocurrió la tarde del domingo 6 de abril, cuando Mayra disfrutaba de un momento familiar cerca del afluente.
Desgraciadamente, en un abrir y cerrar de ojos, el grito desesperado por ayuda cambió la tranquilidad del día. Un niño luchaba por no ser arrastrado por la corriente, y sin dudarlo, Mayra se lanzó al agua.
Aunque en un principio se pensó que el pequeño era su hijo, más tarde familiares aclararon que no había un lazo de sangre entre ambos. No obstante, eso no impidió que Mayra actuara como lo haría una madre, como lo haría cualquier ser humano de corazón noble.
Según versiones preliminares, logró alcanzar al menor y sostenerlo con sus brazos, pero no pudo salir del agua por su cuenta ya que no tenía la experiencia necesaria para nadar contra la fuerza del río.
Fue entonces cuando un familiar que presenció la escena también se lanzó para ayudarlos. Cargó al niño en sus espaldas y lo llevó a salvo a la orilla. Luego regresó por Mayra, pero ya era tarde.
Lamentablemente, el cuerpo sin vida de la mujer fue hallado minutos después, flotando en una parte profunda del río.
En redes sociales, un ser querido de la joven, cuya relación exacta no ha sido confirmada, publicó mensajes cargados de dolor:
«Te amaré siempre, vida mía», escribió. «Seremos uno solo, como siempre», agregó entre lágrimas virtuales que reflejan la magnitud de la pérdida.
Muertes por sumersión
El trágico suceso se suma a otros dos casos registrados ese mismo día, cuando dos niños murieron ahogados en una poza del río en la aldea La Rinconada, Lepaera, Lempira.
Tres vidas apagadas justo antes de la Semana Santa, una época que debería estar marcada por la reflexión y la paz.