José Mourinho ha sido sancionado con tres partidos y multado con 7 mil 699 dólares por la Federación Turca de Fútbol, tras haber agredido al técnico del Galatasaray, Okan Buruk, en la eliminación de los cuartos de final de la Copa de Turquía con el Fenerbahce.
Mourinho fue a encarar a Buruk después del pitazo final y cuando le dio la espalda, tomó su nariz y la pellizcó, provocando que este cayera por el dolor. En ese momento, el árbitro central lo expulsó por la agresión, pero ahora la Federación aumentó su castigo “debido a su conducta antideportiva hacia un oponente”.
El entrenador de 62 años se perderá los próximos partidos de la Superliga turca del Fenerbahce contra Trabzonspor, Sivasspor y Kayserispor, en un momento clave donde la liga se definirá con solo tres puntos de diferencia entre su Fenerbahce y el Galatasaray.
Esta sanción se suma a otra enorme polémica que acaparó las portadas del mundo, donde también estuvo involucrado el Galatasaray. A inicios del año, “The Special One” agradeció al árbitro esloveno Slavko Vinčić por haber sido el silbante del Derbi de Turquía y no un silbante local, pues dijo que “si un árbitro turco hubiera arbitrado este partido, habría sido un desastre”.
Mourinho insinuaba que existía un favoritismo por el conjunto de “Los Leones” y contra el Fenerbahce y su propia persona. Estas palabras le costaron cuatro partidos y una multa de 42 mil dólares.
Aunque lo más grave vino después, cuando el Galatasaray amenazó con emprender acciones legales contra el portugués por “declaraciones racistas” hacia su banquillo, cuando dijo que estaban «saltando como monos». Incluso lo señalaron de “ser constantemente despectivo hacia el pueblo turco”.
Las hostilidades entre ambas instituciones se han reencendido con el ataque físico que Mourinho realizó contra Buruk y los argumentos se le agotan a un técnico acostumbrado a la polémica tóxica.