La vida de la joven madre Gisela Maradiaga fue segada por su pareja quien tras una acalorada discusión la persiguió por el patio de su casa y la atacó mortalmente con un machete dejando en la orfandad a un bebé de cinco meses y una niña de dos años.
Los hechos se suscitaron en la aldea Las Casitas, municipio de Juticalpa, Olancho, sitio donde residía la mujer que era originaria de la ciudad de Danlí, El Paraíso.
Tras el crimen, el agresor huyó, pero fue capturado en menos de 24 horas en la misma aldea Las Casitas, gracias a un operativo de rastreo e inteligencia de unidades especializadas de la Policía Nacional.
El sospechoso, un joven de 23 años originario de Danlí, El Paraíso, fue puesto a disposición de las autoridades competentes para esclarecer los hechos y determinar su responsabilidad en el caso.
El crimen de la joven madre ha generado consternación en la comunidad y avivado el clamor porque se haga justicia.
Lamentablemente, la muerte de Gissela Maradiaga, alimenta la cifra de mujeres asesinadas en Honduras, las cuales ya superan las 30 víctimas en lo que va del año, reflejando la alarmante realidad de la violencia de género en el país.