El plan del presidente Trump de realizar deportaciones masivas enfrenta un nuevo obstáculo: el régimen venezolano advirtió en privado a la administración que no aceptará migrantes después de que la Casa Blanca rescindiera la licencia de Chevron para bombear petróleo allí, dijeron personas familiarizadas con el asunto.
A principios del mes pasado, Trump promocionó un acuerdo alcanzado por un enviado con el presidente venezolano Nicolás Maduro para aceptar a decenas de miles de migrantes que habían huido del régimen del dictador debido a la crisis económica y la represión política. El acuerdo habría allanado el camino para los planes de deportación de Trump porque los venezolanos son uno de los grupos más grandes de migrantes no autorizados en Estados Unidos y Maduro se había negado durante mucho tiempo a aceptarlos.
Pero las señales de dificultad surgieron casi de inmediato, mientras los aliados de Trump competían entre negociar con un régimen autoritario que Estados Unidos considera ilegítimo o adoptar una postura más dura. Caracas aceptó a unos 360 venezolanos que regresaron en las semanas posteriores al anuncio del acuerdo, pero no se han producido vuelos desde el 20 de febrero.
Ahora el acuerdo parece estar desmoronándose después de que la administración Trump le dio a Chevron 30 días para cerrar sus operaciones en Venezuela, que el secretario de Estado Marco Rubio ha dicho que “financió vergonzosamente al régimen ilegítimo de Maduro”. Se espera que la medida aumente la presión económica sobre Maduro y lleve a más personas a considerar huir del país.
“La gente en la calle lo va a sentir rápido”, dijo José Martínez, un contador en Caracas.
La medida condujo a la reciente advertencia venezolana, que podría dificultarle a Trump cumplir su promesa de deportar masivamente a migrantes. Sus planes de deportación han enfrentado desafíos legales y logísticos en las últimas semanas, ya que los tribunales estadounidenses bloquearon temporalmente el traslado de detenidos venezolanos a la Bahía de Guantánamo y los vuelos de deportación militar se detuvieron debido a preocupaciones por los costos.