Con la llegada de la temporada de verano, Honduras enfrenta una grave amenaza ambiental: 2.8 millones de hectáreas de bosques están en riesgo debido al aumento de incendios forestales, según el Instituto de Conservación Forestal (ICF).
Esta cifra alarmante, una de las más altas registradas en los últimos años, pone en peligro no solo la biodiversidad, sino también la estabilidad ecológica de la nación. Las zonas más vulnerables a los incendios son Francisco Morazán, Choluteca, Comayagua, El Paraíso, Yoro y Olancho, donde las altas temperaturas y la sequedad de los suelos intensifican el riesgo.
En un esfuerzo por mitigar este riesgo, el ICF asegura que ha puesto en marcha diversas acciones como prevención: 182 kilómetros de rondas cortafuego; 196 hectáreas de quemas controladas; 1.5 hectáreas de comaleos; 20 hectáreas de limpieza de regeneración; 13 km de líneas negras y la reparación de 34 km de caminos, con el objetivo de mejorar el acceso a zonas clave para facilitar la labor de los brigadistas ante cualquier emergencia.
Sin embargo, las autoridades insisten en que la participación activa de la ciudadanía es crucial para prevenir mayores tragedias. Entre sus recomendaciones incluyen evitar las quemas agrícolas sin control, no arrojar colillas de cigarro en áreas forestales y reportar cualquier incendio de inmediato.
Los incendios forestales no solo destruyen la vegetación, sino que también deterioran la calidad del aire, eliminan hábitats vitales para diversas especies y agravan el cambio climático al liberar grandes cantidades de dióxido de carbono. En 2024, Honduras perdió 102,417 hectáreas de bosques, con Olancho siendo el departamento más afectado.