La población olanchana no sale de la conmoción tras la trágica muerte de Aleyda Cabrera, una maestra que fue encontrada sin vida la noche del lunes tras pasar diez días secuestrada en Gualaco, Olancho; recibió una llamada, dijo que se encontraría con amigos, pero fue encontrada semienterrada en la aldea San Pedro.
Al siguiente día de su desaparición, encontraron el vehículo de Cabrera en una calle que conduce al municipio de San Esteban, Olancho, pero no había rastro de ella.
De acuerdo con la información, los captores exigían el pago de tres millones de lempiras que debían ser entregados el 18 de enero. En su angustia, la familia intentó recaudar la millonaria suma, pero fue imposible.
Desde entonces, los secuestradores no volvieron a comunicarse con la familia y lamentablemente, la mentora fue hallada sin vida en la comunidad de San Pedro, perteneciente a Gualaco. Tras el respectivo levantamiento cadavérico, fue trasladada a la morgue en Tegucigalpa, donde se determinará cómo fue su trágica muerte.

Llena de vida y muy amada
La maestra deja tres hijas que lamentablemente no volverán a recibir un abrazo de su cariñosa madre. Además, en sus años de docencia logró formar a muchos jóvenes que también lamentan su triste partida.
“La quiero mucho mi maestra favorita… Es una persona muy especial… Cuando sea grande quiero ser como usted”, son algunos de los mensajes que resaltan en las redes sociales de la maestra.
Aleyda también mostraba su cariño y amor hacia sus progenitores, de quienes decía estar agradecida de que fueran sus padres.
En su tiempo libre, la docente también se dedicaba a la venta de arreglos florales y amaba compartir en sus redes la emotividad de sus clientes al recibir las sorpresas.
Hoy su sonrisa, carisma y don de servicio, solo quedarán grabados en la mente y corazones de quienes compartieron parte de su tiempo con la intelectual mujer.