La situación en Los Ángeles sigue siendo crítica. Vientos fuertes y cálidos continuaron soplando y avivando las llamas durante la noche del martes al miércoles.
Al menos 25 personas han muerto y miles de casas han sido destruidas en los incendios forestales que arrasan California. Más de 12.000 casas, edificios y vehículos fueron destruidos o dañados y barrios enteros fueron arrasados. Casi 88.000 personas siguen desplazadas, según el nuevo informe. Los vientos fuertes y cálidos continuaron soplando y avivando las llamas durante la noche del martes al miércoles. El miércoles se pronosticó una ronda final de condiciones climáticas peligrosas relacionadas con incendios para la región, con una rara advertencia de «situación particularmente peligrosa».
Gracias a unos vientos más ligeros, los bomberos pudieron tener un respiro el martes, lo que les permitió avanzar en la lucha contra los dos gigantescos incendios en la región de Los Ángeles y extinguir rápidamente varios nuevos incendios. El incendio de Eaton, que arde al norte de Los Ángeles, y el incendio de Palisades, que destruyó gran parte del barrio de la playa de Pacific Palisades, estallaron el 7 de enero en condiciones similares a las esperadas el miércoles. Los fuertes vientos de la semana pasada avivaron las llamas a una velocidad notable, llevando brasas ardientes a veces a kilómetros de distancia.
Según el servicio meteorológico en un mensaje publicado el martes por la noche, los estadounidenses aún no están fuera de peligro. Se dice que los vientos han alcanzado una intensidad no vista desde 2011, con ráfagas de hasta 160 km/h la semana pasada. Más de 77.000 hogares se quedaron sin electricidad debido a que las empresas de servicios públicos cortaron el suministro eléctrico para evitar que sus líneas provocaran más incendios.
