La policía de Bolivia dispersó el lunes con gases lacrimógenos y detuvo a dos afines del expresidente Evo Morales que arribaron a La Paz, sin su líder, en una marcha contra la crisis económica y en reclamo de que se frente el proceso judicial contra el exgobernante por presunto abuso de una menor de edad en 2016.
En un nuevo pulso entre Morales y el presidente boliviano, Luis Arce, a menos de siete meses de las elecciones generales, los partidarios de Morales llegaron el lunes a hasta el centro de La Paz después de haber marchado unos 100 kilómetros.
La protesta se da un día antes de la audiencia judicial prevista contra Morales, a raíz de una investigación de la fiscalía por trata de personas por el presunto abuso a una joven de 15 años que resultó embarazada cuando él era aún presidente de Bolivia. En la marcha, se protestaba contra lo que consideran una “persecución política” contra el expresidente.
Morales, que no acompañó a sus seguidores en la convocatoria, se mantiene atrincherado en su feudo cocalero desde septiembre, en el centro del país, para evitar la orden de detención requerida por la fiscalía bajo la protección de los sindicatos cocaleros que él preside. Tiene además prohibición de salida del país.