Sumida en la incertidumbre y la tensión, Venezuela ha llegado a una fecha señalada en rojo en su calendario político. Nicolás Maduro, en el poder desde 2013, ha tomado posesión este viernes para un tercer mandato consecutivo tras unos comicios presidenciales en los que el Consejo Nacional Electoral (CNE) decretó la victoria del hasta ahora presidente, a pesar de no haber hecho públicas las actas que lo confirmarían.
La ceremonia ha tenido lugar en un acto en la sede de la Asamblea Nacional, adonde Maduro ha llegado acompañado de la primera dama, Cilia Flores, la vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez, y el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez. En los alrededores del legislativo y el resto de los poderes públicos, en el centro de Caracas, han sido desplegados centenares de agentes de seguridad fuertemente armados.
La mayor coalición opositora reivindica el triunfo de su candidato, Edmundo González Urrutia, y ha tachado de fraudulentos los comicios del 28 de julio de 2024, en los que reclama su victoria con copias parciales de documentos electorales hoy custodiados en Panamá.
González Urrutia cuenta con el respaldo de países como EEUU y Argentina, que le han reconocido “presidente electo”, mientras que la Unión Europea se ha quedado en no reconocer el triunfo de Maduro. Informes de los observadores de la ONU y el Centro Carter han cuestionado el resultado electoral proclamado por el órgano electoral venezolano.
#HCHInternacionales | Comenzó la ceremonia de toma de posesión de Nicolás Maduro en Caracas, Venezuela, donde el presidente de la Asamblea Nacional juramenta a Maduro como el presidente constitucional de la República Bolivariana.
— HCH Televisión Digital (@HCHTelevDigital) January 10, 2025
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González Urrutia, que salió de Venezuela en septiembre para instalarse en España e inició hace unos días una gira por América para reunirse con mandatarios aliados, había asegurado que este viernes llegaría a Venezuela para asumir como presidente electo. Ha prometido en repetidas ocasiones que regresará al país caribeño, pero no había dado detalles sobre cómo lo haría.
El Gobierno, que ha acusado a la oposición de fomentar complots en su contra, ha dicho que arrestará a González si pone un pie en el país. Tanto la oposición como organizaciones han denunciado una ola de detenciones en las últimas semanas. La Cancillería de Colombia ha informado de que Venezuela les comunicó este jueves que, “de manera unilateral y por razones internas”, mantendrán cerrada la frontera que ambos países comparten y su espacio aéreo durante 72 horas desde las 5 de la mañana de este viernes.
El país se encuentra bajo un gran despliegue militar y policial. La investidura se celebra un día después de una marcha opositora que terminó con la denuncia de un breve arresto de su líder María Corina Machado, que el Gobierno negó. La confusión duró unas horas y su equipo político luego dijo que había sido liberada. Por su parte, Maduro movilizó a sus seguidores el jueves y llamó a “salir a las calles por millones” para su toma de posesión.
Las autoridades venezolanas han asegurado que unos 2.000 invitados de 100 países asistirían a la toma de posesión de Maduro, pero solo un puñado de ellos son presidentes, entre ellos el cubano Miguel Díaz-Canel.
Los presidentes de Brasil, México y Colombia –países que trataron de mediar en la crisis poselectoral sin éxito– no han viajado a Caracas para participar en la ceremonia oficial. En cambio, habían anunciado la asistencia de sus embajadores en la nación caribeña. Los tres países, pesos pesados de la izquierda latinoamericana, han evitado reconocer oficialmente la victoria de Maduro –tampoco han reconocido a González Urrutia como “presidente electo”–.
Chile, por su parte, ha decidido no enviar representantes a la investidura. Este jueves, el presidente chileno, Gabriel Boric, redobló sus críticas contra el Gobierno de Maduro, al que calificó de “dictadura”.