La importancia de Frenkie de Jong en el Barça ha menguado en los últimos meses. Tras los infortunios que sufrió en el tobillo la temporada pasada, el neerlandés se incorporó a la disciplina de Hansi Flick semanas después del arranque liguero y desde entonces no ha logrado hacerse un hueco en el equipo.
El centrocampista, que llegó en el verano de 2019, después de que se confirmara su traspaso meses antes, se sinceró y reconoció que en su llegada pensaba que ganaría más títulos: “Tengo que reconocer que cuando fiché por el Barcelona no me imaginaba que ganaría sólo 1 Liga, 1 Copa del Rey y 1 Supercopa de España después de 4 años. Esperaba al menos el doble, así que me decepciona. Las cosas pasan fuera de casa y no se pueden predecir”.
Destacó también que para él lo más importante es lo que pasa sobre el césped, dejando la calidad de vida que hay en Catalunya: “La gente piensa que quiero quedarme en el Barcelona para siempre porque la vida fuera del fútbol es muy buena aquí, y es buena, pero sigue siendo menos importante lo que sucede en el campo. Si sintiera que no puedo contribuir lo suficiente, o si el equipo no puede competir, me iría”.
Entrando en temas contractuales, el neerlandés no se mojó: “Mi renovación de contrato es un tema para los periódicos de aquí, pero para mí no lo es. Quiero jugar al fútbol y después veré qué quiere hacer el club conmigo y entonces decidiré lo que quiero hacer, junto con mi agente y mi familia”.
Concluyó criticando la evolución del deporte y la mecanización del juego: “El fútbol se está volviendo demasiado robótico, demasiado táctico. Cuando veo a otros equipos, todo está tan… programado. Por ejemplo, empiezan a construir el balón y a un jugador solo se le permite jugar de izquierda a derecha o hacia adelante, siempre que se forme el triángulo”