Los talibanes dicen que cerrarán todos los grupos no gubernamentales nacionales y extranjeros en Afganistán que empleen mujeres, la última ofensiva contra los derechos de las mujeres desde que tomaron el poder, en agosto de 2021.
El anuncio llega dos años después de que pidieran a las ONG que suspendieran el empleo de mujeres afganas, porque supuestamente no usaban correctamente el pañuelo islámico.
En una carta publicada el domingo por la noche, el Ministerio de Economía advirtió que el incumplimiento de la última orden provocaría que las ONG perdieran su licencia para operar en Afganistán.
Naciones Unidas dijo que el espacio para las mujeres en Afganistán se ha reducido drásticamente en los últimos dos años y reiteró su llamado a los talibanes para que reviertan las restricciones.
“Esto realmente afecta la manera en que podemos brindar asistencia humanitaria vital a toda la población de Afganistán”, dijo la portavoz asociada de la ONU, Florencia Soto Nino-Martínez. “Y obviamente estamos muy preocupados por el hecho de que estamos hablando de un país donde a la mitad de la población se le niega los derechos y vive en la pobreza, y muchos de ellos, no solo las mujeres, se enfrentan a una crisis humanitaria”.
El Ministerio de Economía del régimen afirmó que es responsable del registro, coordinación, dirección y supervisión de todas las actividades que realizan los organismos nacionales y extranjeros.
El Gobierno ordenó una vez más la interrupción de todo trabajo femenino en instituciones no controladas por los talibanes, según la carta.
“En caso de falta de cooperación, se cancelarán todas las actividades de esa institución y también se cancelará la licencia de actividad de esa institución, otorgada por el Ministerio”.
Es el último intento de los talibanes de controlar o intervenir en la actividad de las ONG.
A principios de este mes, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se enteró de que a una proporción cada vez mayor de trabajadoras humanitarias afganas se les impedía realizar su trabajo, aunque la labor de socorro sigue siendo esencial.
Según Tom Fletcher, un alto funcionario de la ONU, también ha aumentado la proporción de organizaciones humanitarias que informan que su personal femenino o masculino fue detenido por la Policía moral de los talibanes.
Los talibanes niegan que estén impidiendo que las agencias de ayuda realicen su trabajo o interfiriendo en sus actividades.
Ya han excluido a las mujeres de muchos trabajos y de la mayoría de los espacios públicos, y también las excluyeron de la educación más allá del sexto grado.
En otro avance, el líder talibán Hibatullah Akhundzada ordenó que los edificios no tengan ventanas que den a lugares donde una mujer pueda sentarse o pararse.
Según un decreto de cuatro cláusulas publicado el sábado por la noche, la orden se aplica tanto a los edificios nuevos como a los existentes.
Naciones Unidas también pidió revertir esta restricción, dijo Soto Niño-Martínez.
El decreto dice que las ventanas no deben dar a patios o cocinas ni a otras áreas. Cuando una ventana da a un espacio de este tipo, la persona responsable de esa propiedad debe encontrar una manera de ocultar esa vista para “eliminar el daño”, instalando una pared, una cerca o una mampara.
Los municipios y otras autoridades deben supervisar la construcción de nuevos edificios para evitar instalar ventanas que den hacia o sobre propiedades residenciales, agrega el decreto.
Un portavoz del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda de Afganistán no estuvo inmediatamente disponible para hacer comentarios sobre las instrucciones de Akhundzada.