El universo de los deportes acuáticos está de luto por las trágicas muertes de dos participantes en la 79° edición de la regata que une los puertos de Sídney, Australia, con el de Hobart, en Tasmania, una cita tradicional de la disciplina que se realiza desde 1945, posee un recorrido de 1.163 kilómetros (628 millas náuticas) y es la última del calendario internacional en vísperas al Año Nuevo.
Según informaron la agencia AP y el portal australiano The Age, los decesos sucedieron en la madrugada del viernes (hay más de 12 horas de diferencia entre Australia y Sudamérica), luego de que en ambas víctimas se golpearan con las botavaras, el largo palo horizontal ubicado en la base de la vela, que va unido al mástil y permite a las tripulaciones controlar la forma y el ángulo de la vela conforme a los vientos. Puede girar rápidamente alrededor del mástil si se registran fuertes ráfagas.
Vale remarcar, la Oficina de Meteorología emitió una advertencia de viento fuerte durante la noche, con velocidades de vientos entre Sydney y Ulladulla, en Nueva Gales del Sur, que podían alcanzar de 46 a 55 kilómetros por hora (km/h) sumado a olas de 2 a 3 metros de altura en algunas áreas.
Las víctimas iban a bordo del Flying Fish Arctos (NSW) y Bowline (SA). No tuvieron conexión entre sí, debido a que ocurrieron a 55 kilómetros al este/sudeste de Ulladulla y a la misma distancia al este/noreste de Batemans Bay. Fueron sometidas a trabajos de reanimación cardipulmonar (RCP), pero no tuvieron éxito y la noticia fue informada a los oficiales del Comando del Área Marina. Aún no se publicaron sus identidades.
Son las primeras muertes de esta famosa regata en los últimos 26 años. La última vez había sucedido en la “carrera del terror” desarrollada en 1998. En esa edición se murieron seis personas, cinco embarcaciones se hundieron, siete fueron abandonadas, 55 tripulantes debieron ser rescatados y se registraron vientos que iban de los 120 a 150 km/h. Este viernes se cumplirá un nuevo aniversario. Solo hay una tragedia que supera lo dicho: en 1979 fallecieron 15 regatistas, hubo 5 barcos hundidos, 75 volcados y 24 abandonados en la Fasnet Race que tuvo lugar en Europa.