Barcelona Después de más de una década de Sergio Busquets reinando en el centro del campo tanto para el Barça como para la selección española, los Blaugrana vivieron su primera temporada sin el nativo de Badia el año pasado.
Aunque se suponía que el sucesor teórico debía ser Frenkie de Jong, quien al ser fichado del Ajax también fue considerado para ocupar la posición de pivote, el neerlandés nunca se adaptó completamente.
Xavi Hernández, quien intentó convencer a Busquets para que jugara una temporada más, advirtió sobre lo sensible que era esta ausencia. A pesar de los esfuerzos por incorporar a Martin Zubimendi o Joshua Kimmich, la única llegada fue la de Oriol Romeu.
Aunque el jugador de Ulldecona tuvo una buena pretemporada a su regreso y comenzó como titular en un doble pivote junto, precisamente, a De Jong, su rendimiento fue disminuyendo lentamente hasta que finalmente desapareció del once inicial.
Xavi, quien nunca se atrevió a utilizar a Marc Casadó a pesar de convocarlo más de treinta veces, probó varias opciones para cubrir una posición crucial para su equipo. Ninguna de las soluciones improvisadas se consolidó realmente. Ni Eric García -quien también jugó algunos partidos con Hansi Flick antes de lesionarse el aductor- ni Andreas Christensen, la opción más convincente en la segunda mitad de la temporada pasada que prácticamente no ha jugado junto al alemán, proporcionaron soluciones fiables.
Flick inicialmente apostó por Marc Bernal, un mediocampista de 17 años, quien destacó como pivote posicional hasta sufrir una grave lesión de rodilla en la tercera ronda. En los tres partidos de liga que logró jugar, el mediocampista de La Masia compartió el centro del campo primero con Casadó—ya que Pedri regresaba de una lesión—y luego con el jugador canario.
Con la lesión de Bernal, fue el ex capitán del equipo B quien dio un paso al frente para convertirse en un titular indiscutido. En su primera temporada en la élite, el nativo de San Pedro de Vilamajor ha jugado 90 minutos en los seis partidos de la Champions League y ha sido titular en 12 de los 16 encuentros de liga en los que estuvo disponible. Es el octavo jugador del equipo con más minutos jugados, mientras que Pedri ocupa el sexto lugar.
Las actuaciones de Casadó, especialmente valiosas en grandes partidos—proporcionando la asistencia para el primer gol en el Bernabéu y poniendo en práctica una clase magistral en la reciente victoria contra el Dortmund, por nombrar solo dos ejemplos—le han valido una convocatoria para la selección española. Junto a Pedri, Flick ha encontrado la clave que necesitaba para hacer funcionar el centro del campo. «Lo llamo el pitbull porque siempre roba balones como una bestia. Es un jugador que me ha impresionado enormemente», señaló Pedri.
«Ha tenido un inicio espectacular de temporada. Estoy muy feliz de tenerlo por el valor que aporta en la recuperación de balones y también por todo lo que contribuye con el balón,» agregó sobre él hace unas semanas. «Casadón es un trabajador duro; nunca pierde su posición y no se echa atrás. La pelota tampoco le quema. Todo esto permite que Pedri juegue libre, porque Casadó se posiciona muy bien y mantiene unido al equipo entre los delanteros y los defensores. Puede que no tenga la calidad de Busquets, pero es más agresivo,» concluyó uno de los líderes del equipo en el ARA.
El catalán recupera un promedio de cuatro balones por partido tanto en La Liga (56 en 14 apariciones) como en la Champions League (25 en seis partidos). Mientras que Pedri es más conocido por su control del balón, también brilla en este aspecto: 96 recuperaciones en 17 apariciones en La Liga (6 en promedio) y 29 en seis partidos europeos (5 en promedio). «Pedri necesitaba disfrutar de nuevo del fútbol con continuidad, y se nota que lo está haciendo.
Su despliegue físico es total. Es un jugador de ritmo sostenido. Quizás no tenga picos físicos tan visibles como Casadó o Gavi, pero cubre mucho terreno. Contra el Dortmund, con casi 13 kilómetros, fue el jugador que más distancia recorrió,» comentaron fuentes cercanas al jugador canario a este periódico.
«Le beneficia que el equipo sea más compacto, no que sea un constante vaivén,» añadieron. Respecto a la dupla formada con Casadó, las mismas fuentes concluyen que «Pedri está potenciando a Casadó y viceversa. Además, con Olmo, forman un gran triángulo.
Olmo da profundidad, Casadó ofrece equilibrio, y Pedri casi hace de todo, situándose entre los dos. Es el líder del mediocampo y el motor del equipo; solo hay que mirar sus gestos al jugar: corrige, dicta el ritmo y, si necesita reprochar a un compañero, lo hace. Está cosechando los frutos de todo el trabajo que ha realizado para estar en forma.»