En la región siberiana de Yakutia, en pleno permafrost, un descubrimiento excepcional captó la atención de la comunidad científica internacional. Los investigadores encontraron los restos de un mamut hembra joven, al que apodaron Yana, que habría muerto hace más de 50.000 años.
Este hallazgo, realizado en el cráter Batagaika, sedestaca tanto por la antigüedad del espécimen, sino también por su estado de conservación, considerado el mejor entre los siete restos completos de mamuts recuperados.
Este hallazgo, realizado en el cráter Batagaika, sedestaca tanto por la antigüedad del espécimen, sino también por su estado de conservación, considerado el mejor entre los siete restos completos de mamuts recuperados.
El cráter Batagaika, una depresión de más de 80 metros de profundidad conocida como “la puerta al inframundo” por su apariencia imponente, se ha convertido en un sitio clave para el descubrimiento de restos paleontológicos. Los científicos recuperaron a Yana durante una expedición que involucró maniobras complejas para sacar a la superficie el cadáver utilizando una camilla improvisada.