Desde el 8 de noviembre de 2024 la inscripción de planillas se ha transformado en el centro de atención para analizar qué candidaturas van posicionándose en las elecciones primarias de 2025. La presentación de las planillas permitió identificar qué movimientos eran los más fuertes, no solo por los precandidatos que llevan inscritos, sino que también por la parafernalia utilizada en la entrega de las cajas.
Un mes después, el 8 de diciembre vencía el plazo para que los movimientos internos de los partidos políticos terminaran las subsanaciones de las inconsistencias de las nóminas de candidatos en el nivel presidencial, municipal y legislativo. Pero, el 8 de diciembre el Consejo Nacional Electoral decidió ampliar el plazo para subsanar las planillas hasta el 11 de diciembre. Luego, hoy, 11 de diciembre, el CNE decidió ampliarlo nuevamente hasta el 16 de diciembre de 2024.
Puede ser que haya requisitos formales que hayan tardado en gestionar y no hayan permitido a los movimientos internos de los partidos políticos subsanar las planillas en tiempo. Pero realmente, el desafío que están teniendo los movimientos políticos para subsanar planillas esconde, en parte, la suciedad que hay dentro de los partidos en los desacuerdos para imponer candidaturas, y, por otro lado, el peso de las estructuras políticas mayoritarias.
La ley electoral dice que un movimiento que quiera participar en las primarias tiene que inscribir candidaturas en al menos 14 departamentos y 200 municipios. Esa lógica favorece a los movimientos que ya tienen estructuras creadas, y replica la lógica con la que funciona el sistema, en general, en la que los partidos mayoritarios salen bien parados. Aunque, también hay que reconocer, que se evita que cualquier movimiento sin apoyo popular entre a la competencia. Pero es difícil hablar de apoyo popular, y nada más, cuando hay estructuras que se sostienen, a veces, con dinero del Estado (empleados públicos, subvenciones, proyectos municipales, etc.), y otras que surgen como proyectos alternos dentro de un partido.
¿Quién tiene, o no, derecho a participar en las elecciones? Una pregunta sencilla, que será cada vez más importante en las primarias y las generales.
Por: Rafael Jerez Moreno