La ropa usada no solo lava la conciencia, donde con su reutilización contribuye al medio ambiente, sino, que también está de moda y se está haciendo muchísimo dinero con ella.
197 mil millones de dólares es el valor estimado del mercado mundial de ropa de segunda mano y se espera que siga creciendo rápidamente en los próximos años. En 2026, podría aumentar en 100 mil millones de dólares más. Mercados de pulgas, tiendas segunda mano, aplicaciones móviles. Hoy en día hay muchísimas maneras de comprar ropa usada.
Pero hay un problema el cual no se puede solventar fácilmente: Hay demasiada ropa y no toda se puede vender. La ropa de segunda mano, aunque sea donada o vendida a precios muy bajos, tiene costos de procesamiento muy altos para las empresas; cada artículo debe ser cuidadosamente seleccionado e inspeccionado por una persona que evalúe su valor y calidad, ya que la reutilización depende del estado individual de cada prenda.
Este esfuerzo hace que tiendas locales y también grandes portales de venta de segunda mano, lo tengan bien difícil para hacer que sus negocios sean rentables y sobrevivan y a eso se suma la nueva competencia, marcas de fast-fashion como Zara y H & M ahora ofrecen también ropa de segunda mano en mercados como Estados Unidos y Europa.
Pero no es todo totalmente negativo, Vinted, la app lituana de reventa de moda, se convirtió este año en la primera marca del sector en hacer ganancias, convirtiendo pérdidas de 20,4 millones de euros, en ganancias de 17,8 millones. La plataforma ya se ha convertido en el tercer retailer de moda digital en Europa, solo detrás de los gigantes Zalando y Shein y tal vez ahora se convierta en un ejemplo de que la industria de ropa de segunda mano no solo puede ser popular o estar de moda, sino también rentable, marcando un nuevo camino para la moda sustentable.