Parecía que el Barça había superado el bache en Liga, pero la goleada ante el Mallorca fue solo un espejismo. Lo ha dejado claro el Betis en la visita culé al Benito Villamarín: los de Pellegrini empataron en el descuento y le ‘robaron’ dos puntos al conjunto blaugrana que pueden ser vitales en la pelea por el campeonato doméstico.
Solo un partido como el que hizo el FC Barcelona en Son Moix —y la derrota del eterno rival para volver a ponerse en ventaja en el liderato— podían devolver la confianza al equipo de Flick, que además llegaba a Sevilla con la ‘tranquilidad’ de que iba a medirse a un equipo en crisis. Ni mucho menos dieron esa sensación los béticos, que dejaron un peligrosísimo arranque que pudo costarle un disgusto a los culés.
Raphinha fue el primero en salvar los muebles: en el segundo minuto de partido, en un saque de esquina prolongado al segundo palo, Llorente cabeceó un balón ante un Iñaki Peña ya vencido, y el brasileño tuvo que vestirse de central para despejar sobre la línea. Sin tiempo para asimilar y recuperarse del primer susto, llegó el segundo.
Fue en un despeje del Betis que le cayó a Lo Celso, que dejó en evidencia la gran debilida del Barça de Flick: los balones a la espalda de una defensa adelantada. El argentino la puso de primeras buscando a Abde y el marroquí no falló: controló, pisó área y buscó el remate. Pero se llenó de gol el ex del conjunto blaugrana, que venía acompañado en la jugada por el Chimy y Vitor Roque, y vio cómo Iñaki Peña le negaba el tanto con una mano providencial abajo.
Hasta ahí llegó el empuje verdiblanco y el Barça tomó el control del partido. El líder de la Liga avisó primero con Koundé: el lateral francés se revolvió en el área y sacó un remate muy forzado al palo corto, pero Fran Vieites —que entró por la lesión de última hora de Rui Silva— estuvo atento para atajarlo. Después, lo intentó Lamine Yamal, pero le salió un remate flojito y a las manos del portero. Y hasta Dani Olmo tuvo su oportunidad, pero su disparo se fue alto.
Al final, ante un Betis que ya había perdido fuelle y el factor sorpresa, el conjunto blaugrana encontró premio: Pedri inició una jugada coral junto a Lamine Yamal y Koundé, que puso un balón perfecto al área para que Lewandowski solo tuviese que empujarla. Y con ese gol, los culés se fueron al descanso por delante en el marcador, sin esperarse que un huracán verdiblanco le recibirá al inicio de la segunda parte
Dos ocasiones clarísimas —y calcadas— tuvieron los de Pellegrini: dos cabezazos cruzados, de Altimira y Abde, que se fueron rozando el palo. Y otra justo después: el Chimy Ávila remató solo desde el punto de penalti, pero se encontró con una mano salvadora de Iñaki Peña, que veía cómo el Betis se había reencontrado con su mejor versión y se acercaba cada vez con más peligro.
Los avisos se acabaron en el 64. Otra vez ganando la espalda, Vitor Roque recibió el balón y pisó área solo, pero no llegó a rematar: De Jong le pisó por detrás, sacándole incluso la bota, y le derribó. No señaló nada el árbitro, pese a las protestas de un Tigrinho con la bota en la mano tras el pisotón, hasta que le llamó el VAR para que revisase la jugada. Entonces sí, el colegiado señaló penalti y, desde los once metros, Lo Celso puso el empate.
El partido terminó de romperse ahí, aunque los cambios y los problemas físicos —en esas volvió a los terrenos de juego un Isco que ha estado fuera por lesión varios meses— de los jugadores verdiblancos frenaron el ritmo y le dieron la oportunidad al Barça de reponerse, pese a tener a su entrenador en la grada, expulsado por protestar el penalti.
En una acción de genio, Lamine Yamal dejó atrás defensas y metió el balón al área cuando el Betis salía para dejar solo a Ferran y que el valenciano marcase a placer. Levantó el banderín el asistente, pero de nuevo el VAR apareció para confirmar el tanto y permitir al futbolista celebrar con una camiseta muy especial de agradecimiento a los voluntarios de la DANA.
Era el minuto 82 y el choque ya parecía decidido, pero, al llegar al 90, el cuarto árbitro dio ocho más por las interrupciones. Y ahí se le escaparon los puntos al Barça: Ruibal colgó un centro medido al primer palo y Diao remató de primeras para poner el balón en la red, en el otro palo, sorprendiendo a Iñaki Peña.
Caras largas en los blaugranas y alegría en los rostros verdiblancos con un reparto de puntos que le hace un favor al Real Madrid tras su pinchazo en San Mamés, y sirve de muy poco a un Barça que no termina de carburar.