La caravana con más de 1.500 migrantes que partió esta semana de la frontera sur de México se enfrenta este martes, al igual que otros grupos similares, con el bloqueo de las autoridades mexicanas, quienes impiden que salgan del estado de Chiapas, limítrofe con Centroamérica.
En medio de las presiones del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, para que México controle el flujo migratorio, el contingente salió a las 05:00 horas (11:00 GMT) del municipio de Huixtla con paso lento, con algunos en bicicletas y triciclos, flanqueados por la Guardia Nacional y la policía municipal.
Los indocumentados, en su mayoría de Venezuela, denunciaron a EFE que elementos del Instituto Nacional de Migración (INM), desde su llegada a Huixtla, han permanecido en sus alrededores y los persiguen por la carretera, donde este martes intentaron detener a una familia, pero los mismos migrantes lo impidieron.
Los extranjeros piden comprensión a la presidenta, Claudia Sheinbaum, quien la semana pasada aseguró en una llamada con Trump que las caravanas “ya no llegan” a la frontera con Estados Unidos, mientras el mandatario electo ha prometido aranceles de 25 % a los productos mexicanos si no frena “la invasión” de migrantes y drogas.