La persecución religiosa en Nicaragua alcanza niveles alarmantes con la reciente desaparición forzada del padre Floriano Ceferino Vargas, sumándose a una lista creciente de sacerdotes y religiosos exiliados. El párroco de la Iglesia San Martín de Porres en Nueva Guinea fue visto por última vez el domingo 1 de diciembre cerca de las 2:00 p.m., poco después de celebrar misa, según denunció el líder opositor Medardo Mairena.
Mairena denunció enérgicamente este nuevo hecho de violencia y exigió el esclarecimiento inmediato de la desaparición del padre Vargas, así como garantías para su integridad física. «Exigimos respeto y el esclarecimiento de su desaparición», afirmó.
Desapariciones y destierros de sacerdotes
La desaparición del padre Vargas se inscribe en un contexto de creciente hostilidad del régimen de Ortega hacia la Iglesia Católica. En las últimas semanas, varios sacerdotes han sido detenidos arbitrariamente y obligados al exilio, como es el caso de Asdrúbal Zeledón Ruiz, de la Diócesis de Jinotega.
Además, el régimen habría emitido un ultimátum a todas las religiosas presentes en el país, exigiéndoles abandonar Nicaragua antes de fin de año.