El alcalde de Denver, el demócrata Mike Johnston, ha señalado que no le importa si va a la cárcel por oponerse a las deportaciones masivas que ha prometido el republicano Donald Trump, que asume un segundo mandato en enero próximo.
Unos comentarios al respecto que después tuvo que matizar han generado polémica entre los republicanos que han señalado que un gobernante local no puede oponerse a las políticas migratorias que son del ámbito federal porque sería «insurrección».
Tom Homan, futuro ‘zar de la frontera’ de Trump, afirmó que interferir con un agente federal es un delito federal y se mostró dispuesto a encarcelar a Johnston si es el caso.
El alcalde ha mostrado su oposición al uso de tropas estadounidenses para temas migratorios.
Sin embargo ha matizado que «si alguien es un criminal violento que comete delitos graves como asesinato o violación en Denver, esa persona debe ser procesada con todo el peso de la ley y debe ser deportada».