Con la confirmación de su victoria en el estado de Pensilvania, que lo dejó a apenas tres electores de la formalización de su triunfo electoral, el candidato republicano Donald Trump salió a a hablar en la madrugada de este miércoles y se proclamó presidente. «Será la era dorada de los Estados Unidos», prometió en su primer discurso de camino de vuelta a la Casa Blanca.
Fue en el centro de convenciones de West Palm Beach, en Florida, donde se situó el bunker republicano. «Quiero agradecerles a todos. tenemos increíbles amigos en este movimiento, uno que nunca se ha visto. Este es el movimiento político mas grande de la historia del país que ayudará a este país a sanar. Arreglaremos las fronteras, todo en nuestro país», arrancó Trump.
Consideró que la de esta elección «es una victoria política» que Estados Unidos «nunca ha visto» y agregó: «Quiero agradecer al pueblo estadounidense por haber sido elegido su presidente 45° y 47°», sostuvo, en referencia también a su anterior mandato, previo al de Joe Biden.
«Es una victoria magnifica que nos permitirá que América sea grande otra vez», continuó y proyectó que llegará a los 315 electores en la votación.
El candidato republicano también se dio como ganador del «voto popular», es decir que, al margen del colegio electoral, logró la mayoría en cantidad de habitantes que lo eligieron. «Eso fue increíble», festejó.
Trump ganó estados clave como Georgia, Pensilvania y Carolina del Norte y lideraba en Michigan, Nevada y Wisconsin.
Por su parte, su rival, la demócrata Kamala Harris desistió de hablar el día electoral y recién lo haría este miércoles, aunque gesto que se leyó a tono con los resultados.
En el sistema electoral estadounidense no importa quién gane el voto popular, sino que llega a la presidencia quien alcance o supere los 270 votos en el colegio electoral.
Elogios de Trump a Melania, JD Vance y Elon Musk
En su discurso, Trump le prometió además a sus votantes que cuando recuerden haberlo elegido «sentirán orgullo» por haberlo hecho y les vaticinó que su mandato «los hará muy felices».
Entre saludos y hasta expresiones de asombro por lo conseguido, el magnate reflexionó que el país le dio a él y a su equipo «un mandato poderoso» y destacó que el Partido Republicano retomó el control del Senado. Tras decirlo soltó: «Wow, qué bueno». Luego, reveló que se proyecta que también tendrá la mayoría de la Cámara de Representantes.
Elogió a su esposa Melania y a su vicepresidente electo, J. D. Vance, a quien definió como un «luchador» que se animó a ir a medios que consideró «el lado enemigo».
«Dijo ‘ok’, fue y los destruyó», destacó y lo comparó con «algunos que dicen ‘¿en serio? ¿lo tengo que hacer?'».
Vance, por pedido de Trump, dio un paso al frente y tomó el micrófono, le agradeció al mandatario electo por permitirle acompañarlo «en este viaje» y calificó al empresario próximo en devenir en dos veces presidente como «el político más importante de la historia de Estados Unidos».
Trump retomó el centro de la escena y habló de inmigración. Sostuvo que su deseo es que vuelvan lo que debieron irse, pero legalmente.
Luego, calificó como una «nueva estrella que nació» a Elon Musk y volvió a prometer que liberará para Estados Unidos «un gran futuro».
«Fuerte, seguro y con fronteras», remató. Luego bailó.