El Ejército israelí ha confirmado este sábado que once militares han resultado heridos, entre ellos tres de gravedad, por el impacto de un proyectil disparado por uno de sus propios tanques durante la invasión del sur de Líbano contra las milicias de Hizbulá.
Una investigación preliminar recogida por el diario Haaretz ha concluido que una unidad blindada tenía la intención de disparar contra un edificio específico, pero golpeó por error un edificio diferente en el que se encontraban los soldados.
El Ejército confirmó que el proyectil no fue disparado por accidente y los militares israelíes «no fueron identificados erróneamente como posibles combatientes enemigos». Los otros ocho militares israelíes resultaron heridos de carácter leve y sus vidas no corren peligro.
Este suceso ha ocurrido horas después de que el domicilio del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, en la localidad israelí de Cesarea fuera el objetivo de un ataque con un avión no tripulado que no ha dejado víctimas, según ha denunciado la oficina del mandatario.
Pese a que nadie se ha atribuido el ataque hasta ahora, un responsable del Gobierno israelí ha denunciado al Canal 12, bajo condición de anonimato, que «Irán ha intentado matar al primer ministro», en referencia a las milicias de Hizbulá, consideradas como la extensión en Líbano de la república islámica.