China, el segundo socio comercial de Cuba y uno de sus más estrechos aliados políticos en el mundo, le habría dado irónicamente un duro golpe al régimen cubano: anuló un contrato que era prioritario para este régimen: el de la importación de azúcar de la isla, de un poco más de 400.000 toneladas cada año.
Así lo reveló el diario Financial Times que reporta que Pekin no es el “sugar daddy” de La Habana porque ya se habría cansado de esperar que la dictadura de Raúl Castro haga profundas reformas de mercado en la economía pese a la severa crisis en el país.
María Werlau, directora ejecutiva del proyecto Archivo Cuba, explica por qué considera que esta información no es nueva.
Mientras la isla aún debe cientos de millones de dólares a empresas chinas como Huawei y Youtong por el suministro de vehículos, maquinarias y tecnología.
La directora ejecutiva del Proyecto Archivo Cuba cuestiona el mensaje sobre Cuba que estaría detrás de este reporte del Financial Times.
También lo hace el doctor Rafael Marrero, Economista y miembro del Consejo Asesor de la Revista Forbes, para quien China sigue siendo una clara amenaza para Estados Unidos usando a Cuba en este esfuerzo.
El aparente enfriamiento de los vínculos comerciales de China con Cuba y su frustración porque el régimen cubano no hace profundas reformas de mercado en su economía ocurren mientras se recrudece la crisis económica en la isla y tras recientes informes de expertos norteamericanos de que Pekin estaría reforzando sus bases de espionaje en territorio cubano contra Estados Unidos.
A ello se suma que el colapso económico de Cuba ha hecho que La Habana pidiera formalmente a Vladimir Putin, presidente este años del BRICS, su entrada a este llamado grupo de economías emergentes que desde el 2019 crearon Brasil, Rusia, India y China, y a cuya reunión a fines de este octubre, en Kazán, Rusia, ha sido invitado el designado dictador cubano, Miguel Díaz-Canel.
Pero pese a que el régimen cubano parece estar pidiendo el agua por señas a Moscú para acceder a créditos y más ayuda para intentar reflotar su derrumbada economía, expertos citados por el diario El Nuevo Herald consideran que una alianza de Cuba con Rusia, actual presidente del BRICS, le bastaría a La Habana para ingresar a este grupo de las economías emergentes porque la isla no aporta ningún bien tangible que ayude a legitimar a este grupo.