La preocupación en Reino Unido por la salud del rey Carlos III se ha extendido a todo el mundo tras el último comunicado enviado por la Casa Real Británica. Y no es para menos, puesto que el monarca ha pasado los últimos meses en tratamiento por un cáncer y, ahora, llega esto.
Tras anunciar el rey Carlos III que había sido diagnosticado de cáncer y que iba a recibir tratamiento médico para combatirlo, su agenda se paró por unas semanas. Posteriormente retomó su actividad como cabeza visible de la monarquía, aunque con cautela debido a su estado de salud.
Ahora, la preocupación global se ha incrementado puesto que, para sorpresa de todos, Buckingham Palace ha suspendido un viaje al que se preveía que iría el rey Carlos III de Inglaterra. Y lo ha hecho con un mensaje urgente, breve y sin explicaciones.
Viaje de estado
De todos es sabido que la salud del rey Carlos III no está precisamente muy boyante. Aunque el monarca se recupera (en principio satisfactoriamente) del cáncer que le fue diagnosticado, su edad y su salud obliga a su equipo a ser prudente y elegir cuidadosamente cada una de las actividades en las que participa el soberano.
Hace poco, y dado que su mejoría era notoria, Buckingham Palace anunció que el rey Carlos III pausaría temporalmente su tratamiento contra el cáncer para realizar un viaje de estado a Australia y Samoa.
Este viaje a Australia, el primero oficial que el monarca hace desde 2011, lo llevará a cabo junto a la reina Camila y bajo una estricta supervisión de su equipo médico. De hecho, no contará con una parada en Nueva Zelanda precisamente por criterios médicos y para priorizar la recuperación del rey Carlos III.
l anuncio de este viaje ha sido interpretado como una buena señal de que el tratamiento contra el cáncer va viento en popa y el rey Carlos III está mejor de salud. Sin embargo, un nuevo mazazo llega por sorpresa para volver a desatar todas la alarmas sobre su estado. Y es que Buckingham Palace ha emitido un comunicado urgente en el que anuncia que el monarca no asistirá a la cumbre climática que se celebrará el 11 de noviembre en Azerbaiyán y a la que se pensaba que acudiría.
El comunicado es escueto y no da explicaciones al respecto. Únicamente indica que «el rey Carlos III no asistirá a la reunión después del consejo recibido por el Gobierno», así que las interpretaciones se han disparado inmediatamente.
La cancelación de este viaje ha generado en Reino Unido un nuevo debate sobre el estado de salud de Carlos III precisamente cuando se creía que iba a mejor. No obstante, parece que en esta ocasión la no asistencia del monarca a la cumbre climática respondería más a un problema con la organización de sus próximos eventos que a un empeoramiento de su salud. Sin embargo, sobre la mesa ha quedado la capacidad de la institución para manejar simultáneamente los deberes y el bienestar personal del soberano.
En conclusión, aunque la salud del rey Carlos III sigue siendo delicada y permanece bajo el foco puesto que aún no se ha recuperado totalmente del cáncer que padece, lo cierto es que el enfoque del Gobierno británico en planificar de manera tan cuidadosa la agenda del monarca lleva a sospechar que tal vez el diagnóstico no es tan favorable como se creía.
