Hezbolá ha lanzado en la noche del sábado y en la mañana del domingo un “aluvión” de cohetes en contra del norte de Israel, en lo que parece ser la respuesta de la organización a los “extensos” bombardeos realizados por el ejército israelí en los últimos días en contra de sus posiciones en el sur del Líbano, así como a las explosiones simultáneas de beepers y walkie-talkies ocurridas en días pasados.
Por su parte, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) advirtieron este domingo que sus ataques contra la milicia chiita libanesa «continuarán y se intensificarán».
Las autoridades militares isralíes también aseguraron la mayoría de los 105 proyectiles lanzados por Hezbolá el sábado fueron interceptados.
Hezbolá, entretanto, asumió la responsabilidad de los disparos y aseguró estaban dirigidos contra objetivos industriales y militares.
Un video publicado en Internet durante la noche, el cual fue verificado por la BBC, muestra un incendio en una zona residencial cerca de Haifa después de que fuera alcanzada por un cohete.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, dijo este domingo que están preparados para tomar «cualquier medida que sea necesaria para restaurar la seguridad».
El sábado, decenas de aviones de combate israelíes atacaron «extensamente» el sur del Líbano «tras detectar que Hezbolá se preparaba para disparar hacia territorio israelí», afirmó el vocero de las FDI, el contralmirante Daniel Hagari.
Estos bombardeos se suman a los ocurridos el viernes, los cuales dejaron 45 fallecidos, según las autoridades sanitarias libanesas, incluyendo a altos mandos de Hezbolá, cuyos funerales se realizaron hoy.
En la despedida de Ibrahim Aqil, uno de los altos mandos de la milicia abatidos el viernes, hubo un mensaje desafiante a occidente, incluyendo cánticos de «muerte a Estados Unidos» entre la multitud.
Antes de que comenzaran los bombardeos israelíes, el ejército había dicho que logró destruir “unos 180 sitios y miles de barriles” utilizados por Hezbolá para lanzar sus cohetes en contra de su territorio.
Por su parte, el grupo, el cual es apoyado económica y políticamente por Irán, informó que disparó el sábado docenas de proyectiles hacia la base aérea de Ramat David, en el norte de Israel.
El domingo, la milicia reanudó sus ataques y disparó otros 85 proyectiles hacia territorio israelí, confirmaron las FDI.
Este intercambio de fuego se produce luego de que a principios de esta semana 39 personas murieran y miles resultaran heridas después de que miles de beepers y walkie-talkies utilizados por Hezbolá para sus comunicaciones explotaran durante dos días en todo el Líbano.
El jueves, el líder de la organización, Hassan Nasrallah, acusó a Israel por los ataques, diciendo que había cruzado «todas las líneas rojas» y prometió un «castigo justo».
Hasta ahora, Israel no ha reivindicado la autoría del sofisticado ataque. El domingo, el presidente Isaac Herzog rompió el silencio que había asumido el país en torno al atentado.
«Rechazo de plano cualquier conexión con tal o cual fuente de operaciones», declaró a Sky News. Cuando se le pidió que diera más detalles, siguió mostrándose ambiguo. «No he aludido a nada», dijo, “salvo a decir que hay muchos enemigos de Hezbolá ahí afuera”.
«A Israel no le interesa estar en guerra con Líbano», agregó.
El alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, denunció que las explosiones de los dispositivos inalámbricos violaban el derecho humanitario internacional.