El huracán Francine avanza hacia Luisiana el miércoles mientras los residentes hacían viajes de último momento en una mañana lluviosa para conseguir suministros en negocios tapiados.
Se tiene previsto que la tormenta toque tierra firme en las próximas horas, mientras los meteorólogos mencionaban la posibilidad de marejadas ciclónicas potencialmente mortales, inundaciones generalizadas y vientos destructivos en el norte de la costa estadounidense en el Golfo de México.
En Morgan City, Luisiana, las gasolineras ya tapiaron sus ventanas y metieron los basureros, pero algunos surtidores seguían atendiendo a los pocos automóviles que pasaban por allí poco después del amanecer del miércoles.
El capitán de barco jubilado Pat Simon, de 75 años, y su esposa, Ruth, habían puesto todas sus pertenencias en bolsas de basura y las habían atado en la parte trasera de una camioneta U-Haul alquilada mientras evacuaban su casa cerca de las orillas del río Atchafalaya, cerca de Morgan City.
Estados Unidos se encuentra en plena temporada de huracanes, que suele alcanzar su punto álgido en esta época del año, pero Pat Simon no estaba demasiado preocupado por Francine.
“No creo que vaya a ser tan malo como otros, como Ida y Katrina”, dijo. “Ya hemos tenido algunos malos”.
Francine adquirió fuerza de las aguas sumamente calientes del Golfo de México para pasar de tormenta tropical a un huracán de categoría 1 el martes por la noche. El Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés) informó que Francine podría adquirir fuerza de categoría 2 con vientos de 155 a 175 kilómetros por hora (96 a 110 millas por hora) antes de impactar una frágil región costera que aún no se recupera de una serie de huracanes devastadores desde 2020.
El gobernador de Luisiana, Jeff Landry, advirtió el martes a mediodía —cuando Francine seguía siendo una tormenta tropical— que los residentes del sur del estado y en la poblada capital de Baton Rouge y de la cercana ciudad de Nueva Orleans deben mantenerse en sus lugares y terminar sus últimos preparativos antes de que terminara un periodo de 24 horas para hacerlo.
Una vez que Francine toque tierra firme, dijo Landry, los residentes deben quedarse en su lugar en vez de aventurarse a las calles empapadas y correr el riesgo de bloquear a los socorristas o a las cuadrillas que trabajen para reparar el tendido eléctrico.
Tanto Landry como el gobernador de Mississippi, Tate Reeves, declararon el estado de emergencia, lo que les autorizaba a liberar recursos con rapidez para asistencia de desastres.
Francine se ubicaba el miércoles por la mañana a 314 kilómetros (195 millas) al suroeste de Morgan City, Luisiana, y se movía hacia el noreste a 19 km/h (12 mph) con vientos máximos sostenidos de 150 km/h (90 mph), de acuerdo con el NHC. Se tenía previsto que se fortaleciera en la mañana del miércoles y luego se pronostica que Francine se debilite rápidamente después de que se mueva hacia el interior.