Cuatro años después del lanzamiento de la PlayStation 5, Sony anunció la PlayStation 5 Pro, la versión más avanzada de su consola de actual generación. Este nuevo hardware ha sido diseñado pensando en los jugadores más exigentes y los creadores de contenido, quienes buscan una experiencia de juego aún más inmersiva, con gráficos de mayor fidelidad y un rendimiento mejorado.
Uno de los aspectos más destacados de la PS5 Pro es su GPU mejorada, que presenta un 67% más de Unidades de Cómputo en comparación con la PS5 estándar y una memoria un 28% más rápida. Esto se traduce en una mejora en la velocidad de renderizado de los juegos, con un incremento del 45% en la capacidad de procesamiento gráfico.
Esta potencia adicional permite que los juegos corran con mayor fluidez, manteniendo tasas de cuadros estables de 60 FPS, incluso en los títulos más exigentes desde el punto de vista gráfico.
Otra de las novedades destacadas de la PS5 Pro es la inclusión de trazado de rayos avanzado (ray tracing). Esta tecnología mejora la forma en que la luz interactúa en los entornos virtuales, ofreciendo reflejos y refracciones más realistas. Sony ha mejorado esta funcionalidad para que la velocidad de los rayos de luz sea el doble o, en algunos casos, el triple de lo que ofrece la PS5 actual.
A esto se suma la implementación de la nueva tecnología de escalado impulsada por inteligencia artificial: PlayStation Spectral Super Resolution (PSSR). Esta técnica es comparable a tecnologías ya conocidas en los PC gamers, como DLSS de Nvidia o FSR de AMD, y está diseñada para mejorar tanto la calidad de imagen como las tasas de cuadros por segundo.
El PSSR reemplaza el antialiasing temporal o las técnicas de escalado que algunos juegos ya utilizan, ofreciendo una mejora visual al añadir detalles finos y una mayor nitidez en las imágenes.
Además de las mejoras internas, la PS5 Pro también incorpora tecnologías de conectividad y rendimiento que aseguran una experiencia de juego a prueba de futuro. Entre ellas, destaca el soporte para Wi-Fi 7, la nueva generación de redes inalámbricas, que permite velocidades de conexión mucho más rápidas y una latencia reducida, ideal para juegos en línea y streaming en 4K o 8K.
También se incluye compatibilidad con VRR (frecuencia de actualización variable), que ajusta dinámicamente la tasa de refresco del juego para evitar problemas de imagen como el tearing, y soporte para resoluciones 8K, lo que permite disfrutar de gráficos ultrarrealistas en pantallas compatibles.