(Desde Filadelfia, Estados Unidos) La policía local, el FBI y el Servicio Secreto controlan como una fortaleza The National Constitution Center, el escenario que ocuparán Kamala Harris y Donald Trump para cumplir su sueño americano: vencer al otro en los comicios del 5 de noviembre y ocupar la Casa Blanca por cuatro años.
La vicepresidenta demócrata y el ex presidente republicano llegan a Filadelfia con un empate técnico en los sondeos de opinión y una preparación escenográfica y política que no tiene antecedentes en la historia de Estados Unidos. Harris tuvo un sparring vestido como Trump, y Trump sabe de memoria todo lo que dijo Harris durante su participación en la Convención Demócrata de Chicago.
El sitio Realclearpolitics -lectura obligada en DC- publicaba hoy que Harris aventajaba a Trump por 48,4% a 47,3%, tras hacer un promedio de doce encuestas: New York Times, Harvard, NPR, Emerson, Rasmussen Report, Morning Consult, Pew, Tipp insights, Wall Street Journal, Quinnipiac, ABC News y Yahoo News.
Se trata de un empate técnico a 56 días para los comicios presidenciales. La tensión entre los asesores políticos y el staff de cada candidato se percibe a la distancia, aunque sonrían todo el tiempo y sirvan a los periodistas café liviano con leche descremada.