Luis Suárez disputó su último partido con la camiseta de la selección de Uruguay en empate 0-0 ante Paraguay por la séptima fecha de las Eliminatorias Sudamericanas, recibió una ovación de parte del público que colmó el estadio Centenario de Montevideo y tuvo su homenaje cuando finalizó el encuentro.
“No tengo palabras de agradecimiento a cada uno de los uruguayos. Desde que comencé allá en 2007 siempre me apoyaron, no sólo a mí, sino a una generación que la pasamos difícil, a punto de quedarnos eliminados de un Mundial. Me acuerdo que llegaron a decir que éramos unos vende patria. No saben lo difícil que es representar a un país, tener esa responsabilidad. Toda mi carrera es por el Maestro (Tabárez) por su calidad de humano”, comenzó Suárez en su discurso final.
El Pistolero siguió con su tanda de agradecimientos para sus ex compañeros de la generación que alcanzaron la gloria en la Celeste con la obtención de la Copa América 2011 y alcanzando las semifinales en el Mundial de Sudáfrica 2010. “Uruguay es más grande que cualquier jugador. A partir de mañana seré un hincha más. Arriba Uruguay y siempre agradecido al pueblo uruguayo”, cerró entre lágrimas.
En la previa, el delantero se mostró emocionado desde la llegada al estadio y comenzó a recibir el cariño del público desde la entrada en calor, con sus primeros movimientos en cancha. Luego, salió al campo de juego encabezando la fila de sus compañeros con la cinta de capitán y estuvo acompañado de sus tres hijos.
Ya en la cancha, Suárez se tomó muy en serio el partido y estuvo activo, buscando marcar su gol. No pudo ser, pero estuvo cerca. El hombre de Inter Miami estrelló una tijera en el palo en el primer tiempo. También recibió una tarjeta amarilla por protestas contra el árbitro Darío Herrera. Al final, más allá de el empate, Lucho se fue con una sonrisa para fundirse en un cálido abrazo con cada ex compañero de la selección uruguaya de otras épocas, como Diego Godín, Diego Lugano, Diego Forlán y Sebastián Fernández, entre otros.