La investigación final acerca del accidente de helicóptero en el que murió el presidente iraní, Ebrahim Raisí, ha concluido que el siniestro se debió al mal tiempo y a la niebla. Así lo informaron este domingo varios medios estatales.
«La principal causa del accidente del helicóptero fueron las complejas condiciones climáticas y atmosféricas de la región en la estación de primavera», ha quedado expresado en el escrito del operativo, llevado a cabo por un comité militar, según desveló la televisión estatal IRIB. El dispositivo para revelar las causas de la muerte llevaba activo desde mayo, cuando se encontró el cuerpo sin vida del mandatario.
El informe apunta a que «la formación repentina de una espesa y densa masa de niebla» fue lo que causó el choque del Bell 212 en la provincia de Azerbaiyán Oriental. En la aeronave viajaban Raisí junto con el ministro de Exteriores, Hosein Amir Abdolahian, y otros seis pasajeros.
No hubo fallos
Los miembros del comité, formado por expertos militares y estatales, examinaron las condiciones técnicas, de ingeniería, electrónicas y de navegación del helicóptero estrellado. Tras este exhaustivo examen, no hallaron ningún fallo en el aparato ni en su mantenimiento desde que fue adquirido.
El Estado Mayor de las Fuerzas Armadas iraníes ya afirmó en mayo que no habían encontrado indicios sospechosos en el accidente y que el aparato siguió el plan de vuelo. Además, tampoco localizaron impactos de bala en el aparato, comprobando también que se incendió una vez estrellado.
Tras tres días de masivos funerales en varias ciudades del país, Raisí fue enterrado el sábado en un importante mausoleo religioso de la ciudad de Mashad. Su muerte provocó la celebración de elecciones presidenciales anticipadas, en las que se impuso el reformista Masud Pezeshkian, quien tomó posesión del cargo el 30 de junio.