Carlos Barraza hace más de 20 años que trabaja en la sección consular de la Embajada argentina en Caracas.Es venezolano y, al igual que antes su padre, era un empleado local valorado por aquellos que ejercieron alguna función en ese destino. Anoche, fue sacado de su casa de manera brutal por agentes de la temible policía política de la dictadura de Nicolás Maduro, el SEBIN, y desde ese momento nada se sabe de él. La situación generó enorme sorpresa y alarma tanto en la Cancillería argentina como en la diplomacia de Brasil, que actualmente representa nuestros intereses ante el régimen chavista.
Todo empezó con el argumento del robo que Infobae contó la semana. Desapareció una abultada cifra en bolívares -unos 90 mil dólares- de la cuenta que tenía la embajada en Caracas y que eran utilizados para los gastos de funcionamiento de la Embajada, el Consulado y la residencia del embajador, donde hoy por hoy están refugiados seis militantes de la corriente de María Corina Machado que tienen orden de captura y que si pisan fuera del lugar serán arrestados.
Con ese argumento, de acuerdo a lo que pudo reconstruir Infobae de fuentes que conocen el caso, con la excusa de la investigación por el dinero que faltó del Banco Nacional de Venezuela, agentes del SEBIN detuvieron a una empleada local, que luego fue liberada a las horas, pero también a Barraza, de quien nada se sabe y que, de acuerdo a las gestiones discretas que vienen haciendo la diplomacia argentina y brasileña, tampoco figura con orden de detención formal en fiscalías de Caracas. Un virtual secuestro.