El régimen de Nicaragua ha expulsado del país a más de 150 sacerdotes y 40 de ellos han sido enviados hacia El Vaticano en cuatro grupos en menos de un año, sin que hasta ahora el papa Francisco se haya pronunciado sobre estos destierros.
La cantidad de sacerdotes expulsados representa una cuarta parte de los sacerdotes que, hasta 2018, reconocía oficialmente la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), que trabajaban en la arquidiócesis de Managua y en las ocho diferentes diócesis del país.
“Ya hay muchas parroquias que no tienen sacerdotes, especialmente en Matagalpa, y los sacerdotes que quedan hacen un esfuerzo por visitarlas y celebrar misas, pero en las comunidades más alejadas las iglesias han tenido que cerrar sus puertas”, afirma Martha Patricia Molina, una abogada dedicada a monitorear la persecución de la iglesia católica en Nicaragua.
“El plan es vaciar a Nicaragua de sacerdotes católicos”, dice un sacerdote nicaragüense que pide no se le mencione por su nombre. “Detrás de toda la persecución a la Iglesia Católica está la mano de la señora Rosario Murillo, que aparentemente se ha propuesto erradicar el catolicismo en Nicaragua”.
El sacerdote, pide anonimato, a pesar de permanecer exiliado en Costa Rica, porque El Vaticano ha impuesto un voto de silencio que impide al clero referirse a la persecución que enfrenta la iglesia católica en Nicaragua.
Dice que la iglesia de Nicaragua “vive sus días más difíciles de los últimos 500 años”, porque ni durante la revolución de los años 80 hubo tanta saña como la que se ve ahora. “Pero, el Espíritu Santo protegerá a su iglesia y sobrevivirá como ha ocurrido”, dice.
En este mismo sentido, Humberto Belli, sociólogo y exministro de Educación considera en un artículo publicado en el diario La Prensa, que ningún gobierno, desde la independencia de Centroamérica el 15 de septiembre de 1821, ha exhibido algo igual contra la Iglesia católica nicaragüense como la persecución que sufre actualmente.
“Ni (el presidente José Santos) Zelaya (1893-1909), quien tras ser excomulgado expulsó al obispo (Simeón) Pereira y 23 clérigos más, ni el régimen sandinista de los ochenta que expulsó un obispo y 17 sacerdotes, además de cerrar Radio Católica y otras tropelías”, añadió Belli, quien es hermano de la escritora Gioconda Belli.
El papa Francisco nunca ha hecho mención los sacerdotes que han sido desterrados, ni siquiera a los que el régimen ha enviado a El Vaticano. Tampoco el arzobispo de Managua Leopoldo Brenes se ha referido al tema, en lo que parece ser un pacto de silencio impuesto desde El Vaticano.