El arquero del Real Madrid Thibaut Courtois anunció recientemente que “no volverá a la selección belga”, tras los problemas con el actual entrenador, Domenico Tedesco, y la falta de “confianza en él”, que le atribuyó al estratega internacional. “Desgraciadamente, a raíz de lo sucedido con el seleccionador y tras mucho reflexionar, he decidido no volver a la selección belga bajo su dirección. En este asunto, acepto mi parte de responsabilidad. Sin embargo, de cara al futuro, mi falta de confianza en él no contribuiría a mantener el necesario clima de cordialidad”, afirmó el experimentado golero de 32 años a través de un mensaje publicado en sus redes sociales.
Además, Courtois destacó que se siente “un privilegiado” de haber defendido la camiseta de los Diablos Rojos y recordó que “ni en sus sueños más salvajes habría imaginado poder hacerlo más de 100 veces”. El belga confirmó que la Federación de Fútbol de su país “aceptó” su postura y las razones que le han llevado a tomar la decisión, que calificó como “dolorosa, pero coherente”. “Lamento decepcionar a algunos aficionados, pero estoy convencido de que es lo mejor para Bélgica, ya que cierra un debate y permite al equipo centrarse en la consecución de sus objetivos”, concluyó.
Para conocer el momento en que la relación de Courtois con Bélgica acabó de saltar por los aires no es necesario retroceder demasiado en el tiempo. El pasado 19 de junio, el arquero decidió marcharse de la concentración tras un partido ante Austria. Uno de los motivos detrás de esta decisión, según se publicó en la prensa local, fue la capitanía del equipo, que debía repartirse entre Lukaku y Thibaut, una cuestión que el propio Courtois desmintió y achacó su ausencia a su lesión. Luego de ese episodio, el DT no dudó en acusar al jugador de abandonar a los Diablos Rojos.