Las autoridades israelíes confirmaron este lunes que una explosión anoche en Tel Aviv, que se cobró la vida del sospechoso que transportaba el artefacto e hirió a otra persona, fue una tentativa de ataque terrorista.
”Podemos confirmar que se trató de un ataque terrorista que involucró el estallido de un potente explosivo”, dijo este lunes la Policía israelí, que desde anoche investiga lo sucedido junto a agentes de la unidad de desactivación de bombas, investigadores forenses y el servicio de inteligencia doméstico israelí (Shin Bet).
Como resultado de la explosión, solo un transeúnte resultó herido y fue trasladado al hospital en estado moderado. El cuerpo del presunto atacante, de unos 50 años, quedó gravemente desfigurado, por lo que todavía no se han identificado sus restos mortales.
Poco después, el brazo armado del grupo islamista Hamas reivindicó el acto, según un mensaje en Telegram, que dijo haber perpetrado en colaboración con la Yihad Islámica Palestina.
”Las Brigadas afirman que las operaciones de martirio en los territorios ocupados volverán a cobrar protagonismo mientras continúen las masacres de la ocupación, el desplazamiento de civiles y la política de asesinatos”, alertó el texto, en alusión a la guerra en Gaza y las incursiones letales israelíes en Cisjordania.
Según el periódico israelí The Times of Israel, el hombre llevaba una bomba en su mochila mientras caminaba por la calle Lehi, en el sur de la localidad, cuando el artefacto estalló. El medio Haartez, por su parte, dice que el objetivo del ataque podría haber sido una sinagoga cercana.
En una declaración del lunes, el ala militante de Hamas dijo que ellos y el ala militante de la Jihad Islámica Palestina eran responsables de la explosión y amenazaron con seguir atacando “mientras continúen las masacres de la ocupación, el desplazamiento de civiles y la continuación de la política de asesinatos”.
La policía israelí y su agencia de seguridad Shin Bet dijeron en un comunicado conjunto que la explosión fue un ataque terrorista que implicó “un explosivo poderoso”. No identificaron al atacante ni dieron un motivo.
“Sabemos que el cuerpo mutilado no es el de un transeúnte inocente, sino el de quien llevaba la bomba”, dijo el comandante de la policía del distrito de Tel Aviv, el comisario adjunto Peretz Amar.
La creciente tensión desde el inicio de la guerra en Gaza, que ya supera los 40.000 palestinos muertos, hace temer una escalada de la violencia en Israel, como ya sucedió durante la Segunda Intifada (2000-05), con atentados suicidas a manos de palestinos en espacios públicos como autobuses y discotecas.
En lo que va de 2024, un total de 22 israelíes (la mitad soldados o policías) han muerto en catorce ataques palestinos, entre apuñalamientos, atropellos o tiroteos, la mayoría cerca de asentamientos judíos en el territorio palestino ocupado de Cisjordania, según un recuento de EFE.
Mientras, al menos 292 palestinos han muerto por fuego israelí en Cisjordania, en su mayoría a manos de militares durante las habituales incursiones del Ejército en Yenín, Tulkarem o Nablus, entre otros focos de la resistencia palestina armada, y una decena en ataques de los colonos judíos, cada vez más frecuentes y violentos.