La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) expresó este miércoles su preocupación por la “persistente represión” en Nicaragua, caracterizada, según denunció, por la “persecución religiosa”, la continuación de detenciones “arbitrarias” y las “graves” condiciones en la que permanecen quienes están en prisión.
Ante esa situación, la CIDH instó al régimen de Daniel Ortega “a cesar la represión y a la liberación inmediata de las personas detenidas en este contexto”.
En su declaración, la CIDH afirmó que entre el 1 y el 10 de agosto pasado, a través del Mecanismo Especial de Seguimiento para Nicaragua (Meseni), recibieron información sobre el despliegue de operativos y allanamientos realizados por la Policía Nacional en distintas casas curiales y propiedades de la Iglesia católica nicaragüense.
Como resultado de esos operativos, 12 sacerdotes y al menos dos colaboradoras de la Iglesia católica fueron detenidas, la mayoría vinculadas con las Diócesis de Matagalpa o de Estelí, ambas en el norte de Nicaragua, y que dirige desde el exilio el obispo excarcelado y desnacionalizado Rolando Álvarez.
Más de 200 religiosos han sido desterrados
Ese organismo precisó que el pasado 8 de agosto, siete de esos sacerdotes fueron expulsados de Nicaragua y trasladados hacia el Vaticano después de permanecer varios días detenidos en el Seminario Nuestra Señora de Fátima, en Managua.