Siete israelíes resultaron heridos, uno de ellos de gravedad, por el impacto de metralla en una localidad cercana a la ciudad de Nahariya, al norte del país, tras la caída de un misil interceptor israelí que falló al tratar de detener un dron del grupo chií libanés Hizbulá dirigido contra una base militar en la zona.
Según el servicio de emergencias israelí Magen David Adom (MDA), los heridos, registrados en la localidad árabe de Maazra, son un hombre, en estado grave, y una mujer, en estado moderado con heridas en las extremidades inferiores, que fueron trasladados al hospital de Nahariya.
Además, otras cinco personas fueron trasladadas al hospital en estado muy leve, tras sufrir daños auditivos por la onda expansiva de la explosión.
«Vimos al hombre inconsciente en un coche con una herida grave en la cabeza por metralla. Una mujer que estaba completamente consciente, con heridas en sus extremidades inferiores, estaba en un estacionamiento cercano. Tratamos al hombre con ventilación mecánica y medicación y lo evacuamos en estado muy grave al hospital», indicó un paramédico del MDA.
Según el Ejército israelí, varios drones fueron identificados sobre el norte de Israel en la última hora, y había asegurado que uno de ellos al ser interceptado había causado daños a varios civiles al sur de Nahariya.
Horas después, las fuerzas armadas reconocieron en otro comunicado que «una investigación inicial indica que un misil interceptor falló en su objetivo e impactó contra la tierra».
Hizbulá reivindicó el lanzamiento del dron original y explicó en un comunicado cómo sus filas lanzaron una operación aérea con un «escuadrón» de aviones no tripulados contra el cuartel general de la Brigada Golani y de la Unidad Iguz 621 del Ejército israelí.
Acre se ubica a escasos kilómetros al sur de Nahariya, importantes núcleos de población en la costa mediterránea. La acción fue lanzada desde el Líbano.