Un invitado sorpresa apareció para el último día de competición de surf de los Juegos Olímpicos en Tahití: una ballena.
A una distancia segura de la brasileña Tatiana Weston-Webb y de la costarricense Brisa Hennessy, quienes se enfrentaban en su semifinal, la ballena saltó sobre el agua y les dio a los espectadores y fotógrafos un momento olímpico para la posteridad.
No es inusual que animales silvestres, como aves, focas e incluso tiburones aparezcan durante competencias de surf en todo el mundo.
En Tahití, en donde se celebra la competencia de surf de este año, a casi 16.000 kilómetros de la ciudad anfitriona, París, las ballenas se congregan en las inmediaciones del archipiélago durante las temporadas de apareamiento, nacimiento y migración.
Tahití también cuenta con varias zonas marítimas protegidas. Los líderes indígenas del Pacífico sur, incluidos algunos miembros de Tahití, firmaron un tratado en abril pasado que reconoce a las ballenas como «personas legales», aunque dicha declaratoria aún no se refleja en las leyes de las naciones participantes.