Salvador Cortez Hernández, originario de Honduras, fue desconectado del respirador que lo mantenía con vida.
Salvador sufrió un ataque cardiovascular mientras se bañaba después de haber trabajado, junto con sus dos hermanos, en la construcción.
Daniel, su hermano, contó que, producto del paro, Salvador se golpeó la cabeza y estuvo inconsciente por más de 5 minutos. Esperaban que se recuperara, pero las malas noticias llegaron.
El 31 de julio, los médicos del hospital Wake Med informaron a los hermanos Cortez que Salvador tenía muerte cerebral y que no iba a despertar nunca.
Donarán sus órganos
Los doctores hablaron con los dolidos hermanos para que, antes de desconectar a Salvador, evaluaran la posibilidad de donar sus órganos para salvar otras vidas.
Y así lo hicieron. Estos muchachos, inmigrantes y sin papeles, hablaron con sus padres y juntos decidieron que los órganos de Salvador fueran donados.
«Hablamos con mis papás y hermanos y decidimos que podemos salvar muchas vidas», dijo Daniel.
Repatriación
Ahora, en medio de esta tragedia, se suma un pedido especial: ayuda para regresar los restos de Salvador a Honduras, para que sea enterrado por sus padres y por sus hijas de 7 y 11 años.
Para recaudar fondos, se ha organizado una venta de comida en Eliza Pool Park este domingo 11 de agosto desde las 10 de la mañana.