El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, el jueves habló por teléfono con el papa Francisco sobre la decadencia moral en la inauguración de los Juegos Olímpicos de París y del asesinato de Ismail Haniya, jefe del buró político del movimiento palestino Hamás, recoge TRT Haber.
«El desafío a los valores religiosos en los Juegos Olímpicos es una señal de alarma del colapso moral», afirmó Erdogan durante la conversación, refiriéndose a la propaganda LGBT* en el evento deportivo.
Según el mandatario turco, la ceremonia insultó en la misma medida a los cristianos y a los musulmanes. «La vergonzosa escena de París ofendió no solo al mundo católico, no solo al mundo cristiano, sino también [nos ofendió] a nosotros, y causó indignación en nosotros», aseveró.
A continuación, el presidente turco señaló que el asesinato de Haniya y el ataque al Líbano demostraron, una vez más, que «Israel es una amenaza para toda la región, el mundo y la humanidad», y que se deben tomar medidas para que los musulmanes y cristianos que viven en Palestina encuentren la paz, antes de que sea demasiado tarde.
En el mismo contexto, Erdogan expresó la esperanza de que las conversaciones del sumo pontífice con los países que apoyan a Israel sean beneficiosas para detener los ataques y garantizar una paz duradera.