Tras al ataque que causó conmoción en Southport y todo el Reino Unido, el tribunal de Liverpool identificó públicamente al sospechoso en su primera audiencia. Su nombre es Axel Rudakabuna, un adolescente de 17 años, que está acusado de tres delitos de asesinato y 10 delitos de intento de asesinato por los apuñalamientos en una clase de baile de menores en el noroeste de Inglaterra. Este episodio se sucedió de múltiples manifestaciones locales y en la capital inglesa, donde más de 50 policías resultaron heridos.
La información publicada por un medio británico, indica que el sospechoso nació en Cardiff en 2006 y se mudó al área de Southport en 2013. Actualmente vive en Banks, un pueblo de Lancashire ubicado a unos pocos kilómetros al norte del lugar del ataque. Los padres de Rudakubana son de Ruanda y tiene un hermano mayor que también nació en Cardiff.
El juez Andrew Menary confirmó que, a pesar de no ser un adulto, al día de la fecha, cumplirá los 18 años la semana próxima. Al levantar la orden de anonimato en el tribunal de la corona de Liverpool, Menary KC afirmó que los disturbios en algunas partes del Reino Unido después del ataque fueron una de las razones por las que era de interés público que se divulgara su nombre.
Al enviar a Axel a un centro de detención juvenil, el juez dijo que mantener el anonimato del acusado corría el riesgo de “permitir que otros que están haciendo travesuras sigan difundiendo desinformación en el vacío”.
La audiencia judicial en la Corte de Magistrados de Liverpool se produjo después de que el traumático crimen se viera seguido de dos noches de disturbios en Inglaterra. Manifestantes se enfrentaron el miércoles con la policía cerca de la residencia del primer ministro británico, Keir Starmer, en el centro de Londres, luego del asesinato de las tres niñas. Previamente, el martes, manifestantes de extrema derecha se enfrentaron a la policía en las inmediaciones de una mezquita en Southport.
El primer ministro británico, Keir Starmer, convocó el jueves a los jefes de la policía británica para abordar la crisis.
Starmer dijo que la violencia estaba “claramente impulsada por el odio de ultraderecha” y anunció un programa que permite que la policía comparta información más fácilmente entre distintas agencias y que actúe con mayor rapidez para realizar arrestos y evitar el tipo de exabruptos que enviaron a decenas de policías al hospital en las últimas dos noches.
“Esto es coordinado; es deliberado”, dijo. “No es una protesta que se haya salido de control. Es un grupo de individuos absolutamente empeñados en la violencia”.
El ataque del lunes contra niños que asistían a una clase de baile y yoga con temática Taylor Swift, conmocionó a un país donde los crímenes con arma blanca son un problema arraigado y persistente, aunque los apuñalamientos masivos son poco habituales.
Activistas de ultraderecha han aprovechado las muertes para avivar el odio contra inmigrantes y musulmanes, aunque el sospechoso no es inmigrante (pero sus padres si lo son) y su religión no se ha hecho pública.
Aunque todavía se desconoce el móvil de los crímenes, Rudakabuna no fue acusado de delitos de terrorismo, pero enfrenta tres cargos de asesinato por las muertes de Alice Dasilva Aguiar, de 9 años; Elsie Dot Stancombe, de 7, y Bebe King, de 6 años. También está acusado de 10 cargos de intento de asesinato por los ocho niños y dos adultos que seguían heridos.
Los adultos -Leanne Lucas, que dirigía la clase, y John Hayes, que trabajaba cerca e intervino para proteger a los niños- estaban hospitalizados en estado crítico. Dos de los menores fueron dados de alta el jueves, según el hospital Infantil Alder Hey. Otros cinco niños permanecían ingresados y estables.
El acusado, con un chal gris, sonrió brevemente a los periodistas antes de sentarse en la sala. Después se subió la remera por encima de la nariz y mantuvo la cabeza baja durante la breve visita al tribunal. No habló. En la corte no estaban ni los padres del joven ni familiares de las víctimas.
Durante la audiencia también se confirmó que el supuesto arma homicida era un cuchillo de cocina con la hoja curva.
Ola de violencia
Manifestantes de ultraderecha impulsados en parte por desinformación en internet han realizado protestas violentas, en teoría en respuesta al ataque. El martes chocaron con la policía ante una mezquita y al día siguiente provocaron un tumulto cerca de la oficina del primer ministro en Londres.
Cientos de manifestantes que coreaban “queremos nuestro país de vuelta” arrojaron botellas y latas de cerveza cerca de la residencia del primer ministro en Downing Street el miércoles por la noche y lanzaron bengalas a una estatua cercana del líder de tiempos de guerra Winston Churchill. Se hicieron más de 100 detenciones por delitos como desorden violento y agresión a un trabajador de emergencias, según dijo la Policía Metropolitana de Londres.
En la localidad de Hartlepool, en el nordeste de Inglaterra, la gente lanzó botellas y huevos a la policía y prendió fuego a un auto policial, mientras grupos de ultraderecha intentaban avivar la indignación por el ataque que han intentado asociar directamente a los inmigrantes. También se reportó otro disturbio más pequeño en Manchester.
Una turba de cientos de personas arrojó ladrillos y botellas a policías antidisturbios en Southport el martes por la noche, prendió fuego a papeleras y vehículos y saqueó una tienda, horas después de una vigilia pacífica por las víctimas del ataque.
“Estoy absolutamente consternada y asqueada por el nivel de violencia mostrado hacia mis agentes”, dijo la jefa de policía de Merseyside, Serena Kennedy, que señaló que algunos de los agentes que habían acudido “a esa espantosa escena el lunes (…) después enfrentaron este nivel de violencia”.