Steven van de Velde, jugador neerlandés de beach vóley, logró la clasificación para los Juegos Olímpicos de París, a pesar de un pasado oscuro: fue condenado a cuatro años de prisión por violación de una niña británica de 12 años en 2016. Y el Comité Olímpico de su país confirmó su participación, aunque no vivirá en la Villa Olímpica con el resto de la delegación, sino que lo hará “aislado”. “La integridad de todos los atletas está asegurada”, le indicó la entidad a la BBC de Londres.
“Conocemos la historia de Steven. Fue reconocido culpable según el derecho inglés y cumplió su pena”, aceptó Michel Everaert, secretario general de la Federación Neerlandesa de Vóley ante el revuelo. Van de Velde admitió tres cargos de violación contra la menor, a quien había conocido en Facebook. Cuando tenía 19 años, voló desde los Países Bajos al Reino Unido en agosto de 2014 para encontrarse con la víctima. El juez Francis Sheridan afirmó entonces, cuando lo sentenció: “Tus esperanzas de representar a tu país ahora yacen como un sueño destrozado”.
Pese a ello, Van de Velde fue liberado tras cumplir solo 12 meses en una prisión neerlandesa y rehabilitó su carrera. En junio aseguró su plaza para los Juegos de París junto a Matthew Immers, y actualmente son el equipo número 11 del mundo.
Durante su sentencia en el Tribunal de la Corona de Aylesbury, después de ser extraditado desde su país natal, su defensora, Linda Strudwick, comentó sobre el veredicto: “Los titulares lo dicen todo: ‘Un monstruo sexual’. Claramente es el fin de su carrera”. Van de Velde había viajado desde Ámsterdam a Milton Keynes para tener relaciones sexuales con una niña que, según confesó, sabía que tenía solo 12 años.