El Hard Rock Stadium de Miami, sede de la final de la Copa América el pasado domingo, se defendieron de los señalamientos de la Conmebol tras los graves incidentes registrados antes del inicio del partido.
En los ingresos al recinto, hogar de los Miami Dolphins de la NFL, se vivieron escenas de caos con peleas, empujones, desmayos y aficionados sin boleto que ingresaron por la fuerza al duelo que Argentina ganó 1-0 a Colombia en la prórroga.
La policía local, superada por la situación pese al despliegue de 800 agentes, dijo que detuvo a 27 personas y expulsó a otras 55 del recinto, que sufrió algunos daños materiales.
Ante este escándalo de resonancia mundial, que retrasó el inicio del juego casi una hora y media, la Conmebol dijo que “estuvo sujeta” a las decisiones que adoptaron las autoridades del Hard Rock Stadium “acorde a las responsabilidades contractuales establecidas para la operación de seguridad”.
“La Conmebol recomendó a dichas autoridades los procedimientos probados en eventos de esta envergadura, los cuales no fueron tomados en cuenta“, afirmó el organismo rector del fútbol sudamericano.
En un comunicado emitido el día después, los responsables del Hard Rock Stadium recordaron que el recinto albergó “cientos de eventos de clase mundial en sus 37 años de historia, incluyendo Super Bowls, importantes partidos de futbol internacional, Fórmula 1″.