El grupo rebelde respaldado por Irán bombardeó al buque cisterna Chios Lion con un drone acuático. Una organización medioambiental alertó que el atentado produjo una marea negra de 220 kilómetros de largo cerca del santuario marino de Farasan.
El Observatorio de Conflictos y Medio Ambiente (CEOBS) señaló este miércoles que se había detectado una mancha de petróleo que se extendía casi a lo largo de la costa yemení del Mar Rojo después de que un ataque de los rebeldes hutíes de Yemen dañara un petrolero.
El petrolero Chios Lion, con bandera de Liberia, fue atacado el lunes a 97 millas náuticas al noroeste de la ciudad portuaria yemení de Hodeidah, según las agencias de seguridad marítima.
Una embarcación de superficie sin tripulación “impactó” contra el petrolero, causándole daños menores, según informó Operaciones de comercio marítimo del Reino Unido (UKMTO). Fue en marco de serie de ataques que también involucró otro barco que navegaba a unas 100 millas náuticas al noroeste de Hodeidah.
El martes, los hutíes publicaron vídeos que supuestamente mostraban escenas del ataque contra el Chios Lion. Los hutíes afirmaron que habían atacado al Chios Lion y al Bentley I, de bandera panameña, con misiles balísticos, aviones no tripulados y barcos con trampas explosivas en respuesta al mortífero ataque aéreo israelí contra la ciudad de Khan Younis, en el sur de la Franja de Gaza, el pasado sábado.
Marea negra
Este miércoles CEOBS, una organización benéfica británica que vigila el impacto medioambiental de los conflictos, señaló que unas imágenes satelitales de la Agencia Espacial Europea mostraron la mancha cerca del lugar del ataque hutí al buque Chios Lion.
La aparente mancha, de 220 kilómetros de largo, sugería que el “buque dañado estaba soltando petróleo”, afirmó en la plataforma de medios sociales X.
CEOBS dijo que la marea negra comenzó a 106 millas náuticas al noroeste de Hodeidah, una ubicación que coincide con el ataque del lunes contra el Chios Lion.
Una imagen publicada por la organización benéfica mostraba lo que, según ella, era una marea negra en el Mar Rojo, cerca del santuario marino de Farasan, frente a las costas de Yemen y Arabia Saudita.
El martes, el Centro Conjunto de Información Marítima, dirigido por una coalición naval occidental, dijo que el Chios Lion estaba investigando un posible vertido de petróleo tras el ataque hutí.
Los hutíes llevan atacando barcos en el Mar Rojo y el Golfo de Adén desde noviembre, en una campaña que, según dicen, pretende solidarizarse con los palestinos en medio de la guerra de Gaza.
En marzo, hundieron un buque con bandera de Belice y operado por libaneses que llevaba a bordo 21.000 toneladas de fertilizante de sulfato de fosfato amónico.
El incidente desató la preocupación de que las fugas de combustible y productos químicos contaminantes pudieran verterse en el Mar Rojo y dañar los arrecifes de coral y la vida marina.
“Estos continuos ataques a varios petroleros, quimiqueros y cargueros no sólo ponen en peligro al personal marítimo y al tráfico marítimo en general, sino que deterioran gravemente los ecosistemas del Mar Rojo”, declaró Wim Zwijnenburg, del grupo holandés de consolidación de la paz PAX.
“Los ataques actuales son una amenaza más para el medio ambiente y las comunidades costeras de Yemen”, declaró a la AFP.