Atrás quedaron los días en que los sandinistas celebraban los aniversarios de su revolución con actos multitudinarios, en plazas llenas, y con una tarima llena de personalidades entre quienes menudeaban jefes de Estado y reconocidos líderes revolucionarios.
Desde 2019, el aniversario de la revolución sandinista pasó a ser una celebración “en familia”, dedicado a enaltecer las figuras de Daniel Ortega y Rosario Murillo, con discursos repetitivos y vacíos, y con el sello característico de Murillo: vistosos colores, asistencia uniformada y cuasi militar, y una escenografía plagada de guiños esotéricos.
Este viernes 19 de julio se cumplen 45 años del día de 1979 en que una insurrección armada derrocó al dictador Anastasio Somoza Debayle, cuya familia se mantenía en el poder en Nicaragua desde 1936, con el respaldo de Estados Unidos y las armas de la Guardia Nacional.
Rosario Murillo, vicepresidente de Nicaragua y esposa de Daniel Ortega, anunció para este 19 de julio la llegada de más de 550 delegados de diversos países para la celebración, y mencionó como invitada especial a Leila Khaled, una legendaria guerrillera palestina que ya alcanzó los 80 años y que en los años 70 se relacionó con el guerrillero Frente Sandinista.
“Estamos recibiendo más y más confirmaciones para el 45-19, ya vamos por más de 550 hermanos y hermanas que llegan como informamos el otro día de Alemania, Austria, Bélgica, Italia, Dinamarca, España, Francia, Reino Unido, Argentina, Canadá, Colombia, Chile, Estados Unidos, Honduras, México, Panamá, República Dominicana y Palestina”, dijo este lunes Murillo en su monólogo de los mediodías.