Al menos 4 personas murieron luego de que el huracán Beryl azotara el sureste de Texas, dejando sin electricidad a más de dos millones de hogares y provocando fuertes lluvias, inundaciones y ráfagas de viento.
Cuando llegó al estado sureño el lunes en la mañana, Beryl era un huracán categoría 1, aunque luego se degradó a tormenta tropical.
Las autoridades advirtieron que el sistema provocaría vientos destructivos, además de fuertes precipitaciones y marejadas ciclónicas «peligrosas».
Se han cancelado más de 1.000 vuelos en el aeropuerto más grande de Houston.
Mientras, la oficina del gobernador del estado instó reiteradamente a los residentes a no subestimar la tormenta, que días antes causó al menos 10 muertos durante su paso por el Caribe.
Un hombre de 53 años y una mujer de 74 murieron en hechos separados, luego de que árboles cayeran sobre sus casas por los vientos de la tormenta. La prensa local habla de otros dos fallecidos.