Inglaterra sigue viva en la competición. Los Three Lions han ido superando los partidos por la mínima en todas las fases que han disputado y en el encuentro de cuartos de final ante Suiza no ha sido diferente. Ha evidenciado lo que desde que comenzó la Eurocopa todos han observado, tanto aficionados como rivales: poco fútbol a pesar de los grandes jugadores que tienen a nivel individual. Ante los suizos han sabido levantarse tras el gol de Embolo. Tan solo han sido necesarios unos minutos para que Saka pusiera el partido de nuevo en tablas. Finalmente, ha sido en los penaltis, donde Inglaterra ha certificado el pase a semifinales de la Eurocopa.
Suiza llegaba al encuentro con confianza, como esa que había conseguido un empate en fase de grupos ante la todopoderosa y titánica Alemania y había logrado eliminar a Italia en octavos de final de la Eurocopa. Las sensaciones en el vestuario suizo era que podían imponerse ante cualquier que se cruzara en su camino. Mientras Inglaterra acudía a la cita con sensaciones agridulces, sin llegar a mostrar un juego sobresaliente, sino más bien suficiente, ya que ha hecho lo justo para poder seguir soñando en la competición e ir avanzando paso a paso en el camino hacia la ansiada final.
La primera mitad ha comenzado con ambos conjuntos sin mostrar demasiadas intenciones, sin grandes ocasiones, por no decir ninguna, y con un sentimiento de que el encuentro se decidiría en pequeños detalles. Los minutos han ido transcurriendo sin que el balón se acercara los más mínimo a ninguna de las dos porterías, ni la de Pickford ni la de Sommer. Ninguno de los dos conjuntos ha tomado la iniciativa que le permitiera adelantarse en el marcador y poner un pie en semifinales de la Eurocopa. Con el marcador en 0-0, los jugadores se han enfilado el túnel de vestuarios.