Los colegios electorales abrieron sus puertas este viernes en Irán en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales anticipadas, que se disputan el reformista Masoud Pezeshkian y el ultraconservador Saeed Jalili.
Unos 58.000 colegios electorales abrieron sus puertas a las 08:00 hora local (4:30 GMT) y la hora de cierre oficial son las 6:00 pm (14.30 pm GMT) en todo el país, donde están llamados a las urnas más de 61 millones de personas, informó la agencia IRNA.
Por lo general, las autoridades suelen extender el periodo de votación hasta la medianoche.
Segunda vuelta
Los iraníes votarán en esta segunda vuelta entre el reformista y moderado Pezeshkian y el ultraconservador Jalili para suceder al presidente Ebrahim Raisí, quien murió en un accidente en mayo.
Las encuestas locales colocan a Pezeshkian ligeramente por delante de Jalili.
El cirujano cardíaco Pezeshkian, ex ministro de Sanidad de 69 años, comenzó la campaña con bajas expectativas pero ha ido ganando peso durante la misma con un mensaje de acercamiento a Occidente y críticas al velo.
Jalili, ex jefe negociador nuclear iraní de 58 años, ha sido descrito como un “verdadero producto de la Revolución Islámica”, se muestra opuesto a Occidente y asegura que seguirá las políticas del ultraconservador Raisí, bajo cuyo gobierno aumentó la represión.
El presidente iraní tiene capacidad de decisión en cuestiones nacionales y en menor medida en política exterior y de seguridad en Irán, donde el líder supremo, Ali Jameneí, ejerce de jefe de Estado con bastos poderes.
Vota el líder supremo
Como es habitual, el líder supremo de Irán, Ali Jameneí, votó a primera hora ante las cámaras televisivas y llamó de nuevo a participar en los comicios.
“He escuchado que hay más interés que en la primera vuelta. Mañana tendremos un nuevo presidente”, dijo la máxima autoridad política y religiosa del país, en una aparente referencia a la baja participación del pasado viernes.
Primera vuelta con muy poca participación
En la primera vuelta del 28 de junio se registró la participación más baja en la historia de la República Islámica de Irán, con solo un 39,9 % de los votantes que acudieron a las urnas.
Ese dato muestra el escepticismo y la apatía que reina entre el electorado en medio de una economía lastrada por una inflación del 40 %, un devaluado rial y un 20 % de desempleo joven.
A ello se suma el desencanto de muchos iraníes, especialmente jóvenes, con la República Islámica ante la falta de las libertades sociales.