El sector más ultraderechista del Gobierno israelí presionó ayer al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, durante la reunión del Gabinete de Seguridad, para que se decante por una ofensiva a gran escala contra Hizbulá, en el Líbano donde la tensión no para de escalar.
Solución diplomática
Estas exigencias afloraron después de que trascendiera el mensaje que trasladó a la Casa Blanca el ministro de Defensa, Yoav Gallant, durante su visita de esta semana a Estados Unidos, en el que indicó que Israel aboga por una solución diplomática con la milicia proiraní antes de empezar una guerra abierta.
“¿No hemos aprendido nada de los últimos 20 años de acuerdos (diplomáticos)? Dentro de uno o dos años, violarán a nuestras mujeres y asesinarán a nuestros niños”, dijo Ben Gvir en declaraciones filtradas a varios medios israelíes.
“Un acuerdo con Hizbulá conducirá a otro 7 de octubre. No se puede llegar a un acuerdo con los nazis”, aseveró Ben Gvir.
Según detalla el periódico israelí The Times of Israel, Netanyahu afirmó ayer durante la reunión que lograr un acuerdo diplomático bajo unas “condiciones adecuadas” es el mejor escenario para Israel.
La mayor tensión en la zona desde 2006
La frontera entre Israel y el Líbano vive su mayor pico de tensión desde 2006 con un intenso intercambio de fuego desde el 8 de octubre que se ha agudizado en estas últimas semanas.
Ayer, jueves, fue otra jornada marcada por el fuego cruzado, ya que Hizbulá lanzó una treintena de cohetes contra Israel tras la muerte de tres de sus miembros en ataques israelíes.
Este viernes, el Ejército informó de la llegada de varios proyectiles antitanque lanzados desde el Líbano hacia el área de Galilea y precisó que no se han reportado víctimas.
“Los soldados identificaron a terroristas que operaban dentro de una estructura militar de Hizbulá en la zona de Kfarkela, en el sur del Líbano. Nuestras fuerzas rápidamente atacaron la estructura y a los terroristas”, explican en un comunicado. Las hostilidades en la divisoria han provocado que más de 60.000 israelíes residentes en las comunidades del norte sigan evacuados más de ocho meses después, y la comunidad internacional teme que este escenario derive en una guerra abierta.