Al menos 219 sospechosos de trata de personas han sido arrestados y más de 1.374 víctimas, incluidos 153 menores, han sido identificadas en una operación a nivel internacional. Las investigaciones han movilizado a 39 países, entre ellos España, para desarticular redes criminales de alto riesgo, que se dedicaban a la explotación sexual y a la criminalidad y mendicidad forzadas.
En un comunicado publicado este lunes por Europol, con sede en La Haya, la agencia ha anunciado el arresto de 219 personas como parte de una «operación masiva». El operativo ha buscado desarticular «redes criminales de alto riesgo» y se ha centrado en grupos que involucraban a niños.
Las jornadas de acción tuvieron lugar a principios de junio, aunque los resultados de la investigación no se han hecho públicos hasta este lunes. La operación requirió de la participación de varios países, entre los que se incluyen los europeos, Tailandia, Ucrania, Brasil, Colombia, Nigeria, Reino Unido y Vietnam, entre otros, así como de las agencias Frontex e Interpol. Las autoridades de los países participantes lograron identificar a 1.221 víctimas adultas y 153 menores de edad, lo que también permitió la apertura de 276 nuevas investigaciones y la detección de 363 documentos falsos.
El caso húngaro
Europol ha señalado, a modo de ejemplo, un caso en Hungría, sobre el arresto de una pareja que explotaba a sus seis hijos en actividades sexuales y de mendicidad en su aldea. «Los niños sufrieron abusos físicos, mentales y sexuales por parte de sus propios padres. Su padre los agredía con palos, cinturones y con sus propias manos», ha explicado la agencia sobre este caso.
«Los agentes encontraron a los niños abandonados, desnutridos y en general en mal estado de salud. Los padres los ataron en una habitación de la casa y los ofrecían a otras personas del vecindario para que tuvieran relaciones sexuales a cambio de una remuneración», ha señalado. Esta operación ha requerido de la participación de expertos judiciales, médicos y psicológicos.
Otra de las detenciones se produjo en Rumanía, cuando las autoridades del país arrestaron a un sospechoso de reclutar a menores procedentes de entornos desfavorecidos para que realizasen trabajos sexuales. Los ingresos eran retenidos por el traficante, que amenazaba a sus víctimas con violencia física para controlarlas. En Ucrania y Vietnam también han sido detenidos varios individuos por trata de personas.
Lars Gerdes, director ejecutivo adjunto de Operaciones en Frontex, ha manifestado que «la trata de personas es un crimen abominable que se aprovecha de los vulnerables». «Socava nuestros valores compartidos de dignidad humana y libertad», ha recalcado, para después añadir que «detectar estos crímenes es increíblemente difícil debido a la frecuente ausencia de testimonios de las víctimas, lo que lleva a un número significativo de casos no denunciados».
Richard Chambers, director de Crimen Organizado y Emergente en Interpol, por su parte, ha advertido de que operaciones como esta «demuestran que ningún país o continente es inmune a la trata y la explotación» y ha lamentado que su «impacto para las víctimas es devastador».
