Se veía venir. Pese a los avisos de la Policía por megafonía, la afición del RCD Espanyol se echó al césped del Stage Front Stadium tras confirmarse el regreso perico a Primera División. Dos goles de Javi Puado, héroe espanyolista, en tres minutos de locura echaron por tierra el sueño del Real Oviedo, que buscaba volver a la categoría reina de nuestro fútbol tras 23 años de ausencia.
«A Primera, oe, a Primera, oe», fueron los primeros cánticos de la hinchada blanquiazul, que se mostró especialmente cariñosa con Keidi Bare, uno de los jugadores que se despidió hoy. El internacional albanés fue, junto a un emocionado Puado, uno de los jugadores manteados tras el pitido inicial.
Especialmente emotivo fue el momento en el que los aficionados del Espanyol se dirigieron hacia el córner donde estaban sus homónimos ovetenses y les ovacionaron al grito de «Oviedo, Oviedo», previos al recuerdo al eterno rival, con el que se volverán a encontrar en Primera la próxima temporada.